domingo, 12 de septiembre de 2010

CIENTO CUARENTA Y CUATRO HÉLICES DE ADN...,



Desgrabación:
Dhana

Yo Soy Kuthumi y vengo en un rayo del amor y la sabiduría, para saludar a cada uno de ustedes en este momento y para traerles la bendición de enfoque, nutrición, convicción y sabiduría divina.

Saludos queridos, y es con gran alegría y placer en nuestros corazones, que podemos reunirnos con cada uno de ustedes en este día. Mientras los sostenemos firmemente en el corazón de Cristo y seguro en las manos de Dios.

Ahora, realizaremos el ejercicio de las 144 cadenas de ADN, vayamos metiéndonos en esto, avancemos desde esto que han llegado a conocer, como energía expansiva hacía energía expresiva, hacia una energía de belleza, una energía de bendición, una energía angélica, vayamos a reclamar el papel de ángeles en esta tierra. La humanidad a ciencia angélica, de eso es de lo que se trata esto.

Comencemos haciendo una inspiración profunda, y mientras continúan respirando, comiencen a enfocarse en el akené, ese espacio que se encuentra detrás del timo, en su pecho, porque éstas son las células que han empezado ese proceso de transformación del que estuvimos hablando.

Enfoquémonos en el akené con cada inspiración que hacen, dejen que la energía de expansión y expresión penetre a su cuerpo y fluya a través de su cuerpo, tocando ese timo, y luego, siendo liberada nuevamente.

Inspiren profundamente y exhalen profundamente, los invito a que realicemos la respiración del yo soy, nada más en este punto, simplemente comiencen a inspirar y a exhalar; con cada inspiración que hacen, enfóquense y digan… YO SOY.

Ahora, hagan estas respiraciones, mantralizando el Yo Soy, inspiran y exhalan profundamente…

Yoooooo Soooooy… Yooooo Soooooy

Y sigan haciendo esto, durante un rato…

Yoooooo Soooooy… Yooooo Soooooy

Yo Soy una parte de esta tierra, una parte de esta experiencia. Yo estoy aquí, ahora; yo también Soy Dios, a medida que comienzan haciendo esta respiración del Yo Soy, se pueden sentir un poco ligeros en la cabeza, dicho sea de paso, de muchas formas que una sola, simplemente sigan moviéndose con esa respiración Yo Soy.

Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy amor, yo soy alegría, yo soy libertad, que maravilloso, que hermoso este momento.

Inspiramos profundamente y exhalemos profundamente.

Mientras continúan respirando, por favor sientan mis plumas, mis alas abrazándolos, haciéndoles cosquillas, manteniéndolos cálidos y seguros, cerca de mi corazón, Yo Soy.

Ustedes sigan respirando, en un rato breve, desde ahora; vamos a enfocar en dos respiraciones; con estas dos respiraciones, vienen dos colores, dos colores de su propia elección, colores que se hayan cerca de la tierra.

En estas respiraciones enfoquémonos en el akené, ese espacio que se encuentra detrás del timo, en su pecho; porque estas son las células que han comenzado su proceso de transformación.

Enfoquémonos en el akené con cada inspiración que hacen, sigan respirando profundamente.

Inhalen, exhalen; inhalen, exhalen; inhalen, exhalen.

Dejen que la energía de expansión y expresión penetre a su cuerpo y fluya a través de su cuerpo, tocando ese timo y luego, siendo liberada nuevamente.

Cada vez que hagan semejante inspiración, una simple célula se ilumina, y la luz que se encuentra, justo allí, en el centro de su pecho, va creciendo.

Inhalen, exhalen; inhalen, exhalen.

Lo que estamos creando aquí, un cuerpo que abraza toda vibración y toda frecuencia, y como tal, abraza todas las 144 fibras del ADN, así que hagamos otra inspiración, avanzando más allá del timo, y de nuevo hacia afuera; y cuando hicieron esto, otra célula se acaba de iluminar, otro color.

Inspiren y se ilumina.

Con estas respiraciones, visualizan los colores; ahora enfoquemos nuestra respiración en dos; en las dos hélices de ADN. Con estas dos respiraciones y en dos colores; dos colores de su propia elección, colores que se hayan cerca de la tierra. Yo sé que a Yeshua le gusta utilizar marrón y verde, cuando piensa en la tierra, pero ustedes pueden elegir sus propios dos colores.

Nosotros vamos a inspirar, con cada respiración uno de estos colores, cada vez directo hacia dentro de nuestro akené, justo detrás del timo; vamos a inspirar estos colores, dentro de las dos fibras de nuestro ADN biológico, el ADN de la tierra.

Así que, mientras se siguen enfocando en el Yo Soy, inspiren el primer color, todo el trecho, inspírenlo nuevamente, y nuevamente, y nuevamente todo el trecho.

Respiren profundamente, inhalen y exhalen, inhalen y exhalen. Inspiren el color, enfóquese en ese color, muy profundamente; si sienten que ese color está conectado profundamente a la primera fibra del ADN biológico, comiencen a enfocarse en el segundo color que han elegido; inspírenlo, inspiren todo el trecho, permitan que eso suceda; cuando sientan que el segundo color se ha conectado completamente a la segunda fibra de ADN biológico.

Vamos a continuar con esto, por un rato.

Inspirando el primer color, inspirando el segundo color; y el primero y el segundo, el primero y el segundo, una y otra vez, hasta que en su akené, en su timo, dos células se iluminan, cada una conteniendo uno de los colores.

Sigan respirando profundamente; inhalen y exhalen, inhalen y exhalen, inhalen y exhalen.

Cuando hayan hecho esto, acaban de reconectarse las células akeneicas del timo con las fibras del ADN biológico.

Desde este momento en adelante, todo lo que tienen que hacer, es seguir respirando, más colores comenzaran a introducirse con cada respiración; pero puede ser que ustedes no podrán observar esos colores, porque verán, estos son colores energéticos, que verdaderamente se encuentran más allá de la mente, la mente que no puede interpretar estos colores, mientras que eligen dar el cambio; pero eso está bien.

Sepan que estamos aquí con ustedes, respirando con ustedes, haciendo esto con ustedes, nosotros estamos velando por la llegada de todos estos otros colores hacia dentro de su ser; y cada vez que uno de ellos entra, permita que todo lo que ustedes hacen es enfocarse en la respiración, cada vez que uno de ellos se conecta con una fibra energética del ADN.

Mis queridos, así lo hace esa fibra energética del ADN, conectándose a una célula y como tal, comenzando a crear una espiral de 144 células en el akené, 2 de las cuales son de mente biológica, 142 de las cuales son energéticas, pero parecen ser biológicas.

Sigan respirando profundamente, inhalen y exhalen, inhalen y exhalen, mientras continúan escuchando mi voz.

Luz, ustedes están comenzando a formar el cuerpo de Luz, cuando ustedes hacen esta primera parte del ejercicio, nuevamente; esa espiral se saldrá de las células del akené. También, después de las primeras 144 se conectarán nuevamente con el biológico, y 142 de esa espiral se conectaran con la energía de la luz.

Todo lo que verdaderamente tienen que hacer, es tomarse unas cuantas veces, durante el día, un tiempo, cuando piensan en ello, para hacer estas dos primeras respiraciones, basadas en estos dos primeros colores, después pueden continuar con el resto de su día, ya sea respirando, o se toman un cierto tiempo, para hacer el ejercicio de esta forma.

Vamos a continuar, con lo que yo, estoy a punto de dar, pero harán falta unos cuatro años, para que todos esos trillones y trillones de células de su cuerpo, para que estén plenamente conectadas a una fibra del ADN, este proceso se produce gradualmente y no debería ser forzado, nunca debería ser temido; se va a producir gradualmente, recuerden eso.

Ahora que ustedes se encuentran en ese espacio que nosotros hemos creado, este hermoso espacio, yo los invito a que coloquen sus manos sobre su pecho, justo sobre el akené, conectando los dedos del medio juntos, que son los únicos dedos que conectan punta con punta, y luego coloquen esa punta sobre el akené, simplemente esta manera es muy simple, permaneciendo conectado las puntas de los dedos del medio, colocando ese dedo del medio en la punta del iceberg sobre el akené y luego descansen ahí.

Esto será en este ejercicio, nuestro punto de origen, esto será durante este ejercicio, un punto donde ustedes sienten que la fuente de luz se estará construyendo con mayor fuerza, con mayor, mayor, y mayor fuerza con cada respiración, permitiendo que un poco más de ustedes esté presente.

Ahora imaginen que desde ese punto de origen, entre los dedos del medio, se está creando la punta de una pirámide, con una pirámide que baja a través de su cuerpo, en todo sentido, a través del piso, a través de la tierra, con el piso de esa pirámide cruzando a través del núcleo mismo de la tierra, permitan que eso suceda, permitan que esa pirámide se forme.

Dentro de esa pirámide se haya su vida actual en la tierra, ustedes que lo llaman, Yo, hoy en día.

Desean que podrían visualizarse ahí dentro, sentados, parados, sea lo que sea que elijan, siempre y cuando sigan respirando, confiando que los colores del espiral, continuamente se conectan, y desde ese mismo punto de origen, una pirámide al revés, se mueve para arriba, con la punta en ese punto, sellando la brecha a través de las nubes, hasta el mismo sol, eso mismo que es la fuente, el sellado de esa pirámide, cruza al sol, que es la fuente, dentro de esa pirámide.

Esa pirámide es superior, se haya sus lapsos de vida, miles y miles, dentro de esa pirámide, se haya la totalidad de su alma, permitan ese flujo, a través de su sol, permitan que el sol se conecte con todas las estrellas del universo, permítanse sentir que son UNO, permítanse sentir su totalidad del alma; está unida y fluida dentro de esa pirámide, a la vez.

El punto de origen entre las puntas de sus dedos no es otra cosa, que más de lo mismo, separando la totalidad de su alma en la pirámide superior de la totalidad de quienes son, hoy en día, y la pirámide inferior.

Enfóquense ahora, mientras que van respirando, en la pirámide inferior.

Respiren profundamente, inhalen y exhalen, inhalen y exhalen.

Chispas, dos pequeñas chispas aparecen alrededor de su piel, en esa pirámide, comienzan a moverse en un curso, de la forma del ADN, en forma de espiral, girando una alrededor de la otra, y mientras lo hace, avanza hacia arriba, todo el trecho, hacia su cabeza, creando dos fibras de ADN a su alrededor, moviéndose a su alrededor.

Cuando eso sucede, la luz que proviene de la punta de sus dedos, de su akené, se intensifica.

Ahora, en la punta de la pirámide, su esencia del alma, lleva 142 fibras del ADN energético, fluyendo hacia el interior, desde todas sus otras vidas, todas ellas.

Desde la punta superior de su alma, el sellado de esa pirámide al revés, 142 partículas comienzan a mantenerse y a manifestarse, y comienzan a encender también con un patrón muy complejo del ADN.

Ahora, tómense su tiempo, ella necesita de un tiempo para ejecutarse, a medida que esto sucede, uno después del otro, después del otro, llegando con mucha rapidez, ahora la luz en sus manos se intensifica enormemente.

Para algunos, esto simplemente se podrá sentir como un sentimiento cotidiano de liberación en las manos, un hormigueo en las manos, sea lo que sea, permitan que esté allí, no fuercen nada, no fuercen nada.

La imaginación del neocórtex sabrá lo que sea, ya que esto, lo que está pasando ahora, fue su experiencia, su proceso de nacimiento lemuriano.

Mientras que ustedes comenzaban a reconectarse con la tierra, cuando eligieron entrar como ellos, así que, la imaginación en el neocórtex y el alma, saben lo que sea; aunque ustedes no confíen en ello.

Confíen en ello.

Sigan respirando, sigan respirando profundamente, inhalen y exhalen, inhalen y exhalen.

Ya ahora, esas 142 fibras alrededor de su alma, se han estructurado completamente, y son como una gran fibra avanzando hacia abajo, a través de la pirámide inversa, hacia la punta de ella, lo que son las puntas de sus dedos, y en la otra pirámide más baja, esas dos fibras, ahora avanzan también, a través de las puntas y las 142 de la parte superior se conecta con las dos de abajo, creando 144 fibras del ADN conectadas.

La luz se acrecienta más y más y más.

Ahora debido a que pueden elegir inspirar la luz proveniente de las puntas de sus dedos, con cada inspiración comenzarán a notar, como una pequeña parte de la esencia del alma, todas esas partículas del ADN y la pirámide superior comienzan a fluir a través de las puntas de los dedos y hacia dentro del akené, dentro del akené.

Cada respiración, nuevamente rellenando, moviéndose hacia dentro del cuerpo, cada respiración suavemente.

Inspiren y exhalen, inspiren y exhalen, inspiren y exhalen.

Ahora, continúen inspirando esa luz, hasta que noten que se ha ido completamente, puede que le lleve algún tiempo, puede ser muy rápido, ésta vez. Pero, tómense su tiempo para este paso.

Después de todo, ese es el punto del tiempo cósmico, que no es otra cosa que la recreación de su tiempo.

Permítanse seguir respirando, inhalen y exhalen, inhalen y exhalen.

Es posible hacer este ejercicio completamente la primera vez, así que repítanlo siempre que se sientan impulsados a hacerlo, siempre que sientan que va hacia una experiencia que disfrutarán.

La próxima vez que lo hagan, notarán que en lugar de dos fibras del ADN, estando en la pirámide inferior, quizás haya cuatro ó más, y podrá haber menos en la pirámide superior del alma.

Yo sugiero que continúen con este ejercicio, hasta que todas las 144 fibras, aparezcan inmediatamente en la pirámide inferior, lo que significará que la puerta está abierta para que el alma penetre totalmente al 28 de enero del 2009.

Después de eso, hará falta un cierto tiempo para que la primera parte del ejercicio esté completo; la reconexión de cada célula del cuerpo junto a estas fibras del ADN, tal como se ha compartido con ustedes.

Ese proceso podrá tomar cuatro años; que serán cuatro años que serán bien útiles, porque se sentirán a sí mismos, creciendo cada día, individualmente.

Notarán que mientras van haciendo este ejercicio, harán alrededor de 144 respiraciones.

Sigan respirando, continúen respirando.

Vamos a hacer juntos, otras cuatro inspiraciones. Vamos hacer la primera inspiración.

Inspiren a su timo y sientan el aspecto del cuerpo de su propio ser lemuriano, reconectándose con ustedes, a medida que van introduciendo estas partículas de luz, dentro de su timo.

Inspiren nuevamente, con su segunda respiración, sientan las partículas de la mente de su propio ser lemuriano, la sagrada partícula de la mente reconectándose con su timo.

Inspiren nuevamente, con la tercera respiración, sientan la partícula del espíritu de su proceso lemuriano, reconectándose con ustedes.

Inspiren nuevamente en su cuarta respiración, sientan la partícula del ISH, de su propio ser lemuriano, reconectándose con ustedes, mientras que por ahora se introduce el color final.

Observen lo que será detrás de su timo, observen como su grupo de 144 células en el centro de su pecho, ahora son hechas, mayormente, de luz. Solamente, 2 de esas 144 células, son hechas de materia.

Sientan como la luz se va opacando, a medida que estas 144 células fotónicas, células hechas de luz, son la ilusión de la materia.

Lentamente salgan de ella, y luego lentamente regresen a este momento.

Esas 144 células, ahora, han sido identificadas. Pero, sin embargo están asumiendo la definición, tal como es aceptada, a través de la mayor parte de su cuerpo, así que aparecen como materia.

Ahora cuando los “Ojos en la Tierra” hoy, hayan completado y encuentren para sí mismos un momento, regresen a su timo, permitan que su timo asuma estos 144 colores, una vez más.

No hace falta que comiencen a respirar nuevamente, ya que ellos inmediatamente le responderán, haciéndolo en una sesión correcta.

Desde ese pequeño punto de las 144 células, comienzan a hacer el ejercicio nuevamente, 144 veces, y permitiendo que esas partículas de hecho, se conviertan en una espiral muy pequeña, ya que las 144 células se moverán alrededor de ese pequeño bulto que ya ha estado creciendo.

Y cuando hayan hecho esto, unas cuantas veces, ustedes verán, cuan fácil se hace realizar este ciclo de 144 respiraciones, a lo largo de su día y antes de que lo sepan si siquiera, han comenzado a hacerlo durante su noche.

Hasta aquí, hemos llegado con este ejercicio.

Permanezcan siendo, quienes ustedes son, quienes saben que son, en el centro de su corazón, y nunca dejen que los distraigan mediante pensamientos que ustedes son menos que eso.

Sepan que siempre estamos presentes, guiando, siempre apoyando y siempre protegiendo y que todo esté, siempre bien en su mundo, en su viaje al anclar la paz en su corazón, su mente, su cuerpo, su espíritu y alma.

Este ejercicio es mi regalo para ustedes, Yo Soy Kuthumi, del rayo dorado de amor, salud y vida.

Y los saludo y los bendigo en amor,

Adonai, Namasté.

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Grabación de Voz

CIENTO CUARENTA Y CUATRO HÉLICES DEL ADN - Maestro Kuthumi

de Alexiis

Alexiis, 10 de septiembre, 2010

Comparto esta buena enseñanza dada por el Maestro Kuthumi que seguramente es de interés para muchos.

El audio es el siguiente

http://www.megaupload.com/?d=0HTYD6DR

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