viernes, 28 de febrero de 2014

MARIA DE NAZARETH - LA REPRESENTACION DEL MAS PURO AMOR DIVINO - POR MARIA RUSO...

                                                                                                       


MARIA DE NAZARETH
LA REPRESENTACION DEL MAS PURO AMOR DIVINO.
Por María Ruso (Adehenna)-27-2-2014


Amados niños de mi corazón  Inmaculado, y a ti amadísima niña que escribes, os hago entrega en  este mensaje de LA REPRESENTACION  DEL MAS PURO AMOR DIVINO.

Ese amor sublime,  que no espera nada a cambio, ese amor que se manifiesta como oleadas de ternura,  y ese  estado de enamoramiento que estáis sintiendo en  vuestros corazones,  que os inspira a los mas bellos reclamos de vuestra alma.
Abrazad en  lo mas profundo de vuestro ser,  esa sensación  de amor y libertad.

El amor proviene del corazón,  pero vuestra alma, es la que acciona y se eleva, cumpliendo los designios que nuestro amado Padre Creador Viviente, desea ser escuchado,  y cumpláis en  obras, llevando a la práctica el más puro amor divino,  que estáis recibiendo. 

Aunque, os parezca una ironía, por los acontecimientos adversos que tenéis que vivir,  y demuestran todo lo contrario, allí se esconde el amor  divino que tenéis que manifestar. 

El amor lo puede todo,  nunca olvidéis que es en  vano, cuando entreguéis amor,  una chispa de amor divino,  esta florecerá,  aunque no provenga de la persona o las personas que esperáis.
El amor es la flor de mi jardín,  es la rosa que tanto amo,  vosotros sois mis niños adorados,  y recibo, con  una inmensa ternura, cuando os acordáis de mí.

En  los tiempos de mi vida en  Nazareth, Mi amado José,  planto en  mi jardín, los bellísimos rosales,  y otras flores,  que inundaron  mi ser de ese perfume con  las fragancias mas exquisitas,  luego seria el aroma que me representa, en  mis apariciones, o simplemente derramando tan  suavemente sobre vosotros,  mi amor,  cuando estáis en oración,  y presenciáis alguna otra manifestación  cuando gira el sol y los rayos arcoíris,  se reflejan  en  vuestros cielos.

¡El bien  triunfara,  no tengáis dudas!
El fuego del amor arrasara,  con todas las tinieblas de una vez por todas.
Vuelvo, y desciendo a mi jardín, y a esta casa cercana al mar, ¡vuelvo a ver el mar de Galilea!.

Vuelvo a ver a mi Jesús, cuando frente a ese mar,  llamo a los primeros a seguirlo, pero yo vuestra Madre también  pienso en  vosotros,  en  estos tiempos y os invito a seguirme, os envuelvo en   la representación  del más puro amor divino. 

Estáis bendecidos, sois amados, con  un amor inconmensurable, y a veces no os dais  cuenta, que aceptando en  vuestros corazones,  esta oleada de amor, puede cambiaros la vida y preparar en  vuestros corazones, ese jardín  de rosas, un  instante de amor que fluye desde el corazón,  es mas fuerte,  que todo el oro del mundo.

Mi hijo os dijo. Deja todo,  y sígueme! No en  su significado literal,  sino en  el amar,  ver el alma en  el otro, y os estáis comunicando y uniendo en  el ahora,  almas de todos los confines de la tierra,  con  un  solo fin,   el amor.

Los tiempos del ahora,  del no tiempo, son  los propicios,  para quedaros fascinados, y encantados dentro del amor divino,  y vuestras presencias de luz,  serán  como llamas ardiente de ese amor, y el amor atrae mas amor. 

Atreveos, a plantar rosas, como José lo hizo, atreveos, a decirle a vuestros hermanos y a demostrarle que eres amor divino,  y como amor que eres, lo amas.

Romped las cadenas, del pasado, que de generación  en  generación  os han oprimido,  oprimido de manifestar el verdadero amor divino. 

No os estoy llamando a una sublevación  de masas,  pero si a vuestra propia sublevación  al amor. 

La entrega al amor,  es sublime,  y transforma a las almas, esto ya lo sabéis. 

La entrega al amor divino,  se manifiesta en  vuestra mirada, quedaran fascinados con  vuestra presencia,  que irradia amor,  así se presento mi amado Hijo, ante Cefas, con  Andrés, cuando bajaban  de los barcos,  y ponían  el pescado en  los cestos,  y luego fueron  a ver a Juan,  y a lo de Santiago, y les dijo “venid también  vosotros conmigo”.

No titubearon,  sentían  una presencia tan  poderosa de amor, una confianza, infinita, y así  comenzó todo,  los pescadores de hombres, como los llamo mi amado niño Jesús. 

Mis niños adorados de mi corazón,  vivid,  desde alma,  ella os guiara, y  el corazón  abrazara en  vosotros el mas puro amor divino.

Os amo mis niños, los cubro con  mi Manto de Gracia y amor.  Estoy con  vosotros. 

A los que estáis leyendo estas mis vibraciones, recibid esta Representación  del más puro amor divino.

Soy María de Nazareth,  vuestra Madre, y Reina del Cielos y de la Tierra.

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