TERESA
DE LISIEUX. Camino de la Infancia. Humildad. Simplicidad. “Dejen que vuestra
vida sea la de una rosa que exhala su perfume, sin preguntarse por el perfume”, y Descubrirán la Eternidad.
Bodas Celestiales. 24-11-2012. Con Audio. ¡Compartir!!!
Original en francés
www.autresdimensions.com
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
Traducción: Hedyn Núñez
www.autresdimensions.com
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
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Traducción: Hedyn Núñez
Audio
TERESA DE LISIEUX
24
de Noviembre de 2012.
Yo
soy Teresa de Lisieux, Hermanas y Hermanos en humanidad, permítanme instalar mi
Presencia en ustedes, junto a ustedes.
...
Compartamos el Don de la Gracia...
Lo
que vengo a decir complementa lo que yo llamo el Caminito, o Camino de la
Infancia. No voy a hablarles, nuevamente de Humildad, pero si de lo que pueden
encontrar, y ganar, en este Camino de la Infancia. Porque, lo que les han
dicho, por su parte los Ancianos, que intervinieron antes que yo (UN AMIGO Y
HERMANO K. 24 del Noviembre 2012), puede también expresarse a mi manera. El
Camino de la Infancia (de la Humildad, y de la Simplicidad), puede aparecer a
ustedes, como una opción indispensable frente precisamente, a lo que ellos han
llamado "los movimientos alrededor del centro del Centro" ante la
incapacidad de la mente, y de los pensamientos, de responder, de manera
adecuada. Tal vez hacerse la pregunta de desaparecer, de ir a la Profundidad
más íntima, donde no hay movimiento, donde no hay deseos, donde hay, para la
personalidad lo que yo llamaré una sumisión. Hay, para toda la Eternidad, una
exaltación, una Paz sin igual. La Luz no hace más que llamarlos. No hace sólo,
llamar a vuestra puerta o en una de las Puertas: ella los enviste, ella
despierta y se revela a ustedes.
Para
recordar
mí última intervención (del 21 de Octubre de 2012), dije que mis
experiencias (que hoy llaman místicas), fueron muy limitadas y sin
embargo,
nunca alteraron lo que llamaba, y que siempre llamaré (aunque hoy en
día, el
significado pueda ser diferente): la fe más absoluta. No la fe que hace
creer,
sino la que hace "como si", para que ese "como si" se
convierta en la Verdad. Como si hubiera realmente un Cielo a lo lejos, y
que
ese Cielo y esta Luz nos estuvieran prometidos. La gran diferencia en
comparación con lo que pude vivir en mi época, es que debía esperar en
esta Tierra, para tener ese Cielo. Y sin embargo, yo tenía la impresión
de
vivir el Cielo en la Tierra, ya que en mi pequeñez, encontré, la mayor
de las
fuerzas que no eran mías, sino la fuerza de mi modelo, de mi ideal: El
Cristo. Por
supuesto, no, El Cristo histórico tal como ha sido presentado, sino tal
como yo
lo vivía, realmente, en mi corazón, como una fuente beneficiosa de Amor,
como
una Paz, que nada de este mundo podía satisfacer. Experimentando la
Humildad,
experimentando lo que recorrí como Camino, pude encontrar una Paz, una
Paz tal,
que desde muy joven, no pudo presentarse jamás, la más mínima variación
en mi
objetivo. Desde luego, los Ancianos les dicen hoy, que no hay un
objetivo, que
ese objetivo ya está ahí, que eso es sólo una cuestión de punto de
vista. Yo
añadiría, en cuanto a mí, que es justo una cuestión de Humildad. Es
decir, ser
Humilde y reconocer que no tienen ningún medio de modificar otra cosa
que no
sea la vida que viven (que, les recuerdo; es efímera y no hace más que
pasar).
El
Camino de la Infancia los invita a dejar la vida desarrollarse. Todo lo que se
ofreció, sea cual fuere el contenido, la textura, permanecí fija en el Cielo,
ese Cielo que yo vivía en mí, aunque tuve que esperar la confirmación. Ustedes
tienen ahora la oportunidad de tener esta confirmación presente, incluso en
este mundo. Ustedes ven, todos los días, la acción de la Luz, aunque no siempre
entiendan el propósito, y no siempre comprendan el alcance. Si aceptan este
principio, relajan todas las tensiones que puedan existir en esta vida efímera,
cualquiera que sea vuestra edad, cualquiera que sea vuestra salud y diría que
incluso hoy en día, sin importar lo que hayan experimentado, o no, de las
Vibraciones de la consciencia, y de vuestros diferentes estados. Convenir en no
ser parte involucrada, sino hacer lo que hay que hacer, los aleja de lo
efímero. Esto no es suficiente, para establecerse más allá de todo estado, pero
eso contribuye porque, en los momentos en que tienen la impresión de controlar
y dirigir vuestra vida, la dirigirán siempre hacia un objetivo (incluso si es
la Luz) que los hace recorrer un camino, más o menos fácil, más o menos arduo.
Mientras que si ustedes dejan, vuestra vida desarrollarse, si hacen lo que se
les pide, si hacen exactamente lo que la vida propone, haciéndose más y más
pequeños, más insignificantes, entonces, esta fe absoluta hace aparecer (ante
vuestros ojos, y vuestra alma), la Belleza del Amor. Esta belleza que no pueden
comprender, de la que no pueden apropiarse, es exactamente, lo que nosotros
Somos. Y para ver esto, hay que aceptar en efecto, ya no ver otra cosa, no como
una negación u ocultación, ni de ponerse por encima, ni por debajo, pero si, en
un lugar diferente. Un lugar diferente de lo que llamamos la vida sobre la
Tierra, con sus objetivos, con sus penas y alegrías. Esto no impide ni los
dolores ni los placeres. Esto cambia simplemente, las necesidades y también la
expresión de los deseos de necesidades, de lo que siempre está ahí.
Hay
en cada uno de nosotros un poder del Amor, infinito. Este poder del Amor, por
la fuerza de la costumbre, por el peso del sufrimiento, poco a poco, a unos y a
otros, nos hace alejarnos de la Infancia. A partir de que hay esta, palabra
"infancia", hay inocencia. Hay también tal vez, en relación al
mundo, una fragilidad de que muy pronto, somos todos educados para adaptados
a él. Y ninguna adaptación a este mundo permite estar adaptado al Infinito.
Reconocer esto, es ya un gran paso hacia la Infancia y hacia la sabiduría,
porque no puede haber sabiduría sin Infancia. La sabiduría no es el resultado
de una serie de experiencias. La sabiduría no es tampoco, el resultado del
conocimiento que se ha adquirido. La sabiduría no está relacionada con la
edad. Y cuanto más están en la Infancia, más sabios son. Pero perciben
claramente en ustedes, que lo más importante no es lo efímero, no es lo que
pasa, sino lo que precisamente, siempre está allí. ¿Pero, qué es, lo que ha
estado siempre allí, si no es el Amor, que es el fundamento mismo de todos los
mundos? Incluso, si ha habido alteraciones, y hubo ocultaciones, esto no es
nada comparado a la Paz. Porque la Paz Suprema (de la que hablan nuestros
Hermanos orientales), es lo que yo experimenté. Lo que viví sin importar el
dolor de mi cuerpo. Aunque yo no tenía las palabras (siendo tan joven y por mi
experiencia), yo sabía que experimentar la Luz era mucho más importante que el
logro de cualquier propósito humano. Ya desde ahí, me ubiqué en la Eternidad.
Desde muy temprana edad, ese fue mi universo. Si bien participé en el juego de
la vida (que había elegido inicialmente), percibía más y más claramente, a
medida que mi enfermedad y mi languidez se propagaban, una especie de
alejamiento, pero que nunca fue un rechazo, sino de mi parte una elección
deliberada, de la Eternidad.
Así
que
ahora, cuando la Luz es más invasora para la personalidad, deben
hacerse la verdadera pregunta. Y la verdadera pregunta es siempre: ¿qué
es lo
que he elegido? ¿Lo efímero o la eternidad? Todos sabemos, que en la
Tierra
todo es efímero: así sean nuestros padres que desaparecen un día, o
seamos
nosotros mismos que desaparecemos, ya se trate de un amor de la infancia
o un
amor de adulto. Todos sabemos a ciencia cierta, que todo lo que ocurre
en este
mundo, solo tiene un tiempo. Pero deben ser apasionados en el sentido
más noble
del término, por la verdadera Vida, por lo que es Eterno, por lo que los
colma
de Amor y que no colma necesariamente, a la personalidad y la vida que
viven.
Esto es de alguna manera una elección. Sin embargo, esta elección no es
una
opción de la Vibración y de la consciencia. Son ustedes quienes deciden
ubicarse allí, o allá. Y las consecuencias, por supuesto, no son las
mismas.
El
Camino de la Infancia los hará descubrir muy pronto, ese centro del Centro y de
la Paz que de ahí surge. Mientras que cualquier resistencia (lo que llevan por
una lucha, algo que no parece fácil), es que en algún lugar, algo los aleja del
centro del Centro. Porque, más el tiempo pase (que los llevará a estos famosos
encuentros, estos plazos astronómicos, humanos o terrestres), y más se acerquen a
eso, más tendrán la capacidad y la oportunidad real, de descubrir este camino
de la Infancia. Y es el Vía más directa hacia la Eternidad. Tener un Corazón de
niño, es un Corazón ubicado completamente en el presente. A pesar de que no
existe esta proyección, como lo que mi Hermana Hildegarde, había llamado a eso
"tensión hacia el Abandono" (ver: Hildegarde de Bingen 25 de Octubre
2010). Yo diría que la tensión hacia el Abandono del Sí, y la tensión del
Abandono a la Luz, es la mejor prueba, que puedan concederse en vuestro
descubrimiento de esta Eternidad. Se trata de un atajo y un acceso inmediato.
El es tan corto para vivir, realmente la Humildad y la Infancia, es descubrir
la Eternidad. Y vivirlo, establecerse y permanecer firmemente anclado (contra
viento y marea, sin importar la mirada de Hermanos y Hermanas que no viven
esto). Irradiar el Amor es ser Amor. Si, ustedes no irradian el Amor: proyectan
el Amor que piensan. Ser Amor no necesita de ninguna proyección, sólo se
necesita irradiarlo. Y ésta radiación se hace sola. Él no los necesita. Y no
necesita de vuestra abdicación.
Volver
a ser un Niño, es eso. Es recuperar la espontaneidad. Es estar cada vez más en
el presente, en lo que el Arcángel Anael ha llamado "Aquí y Ahora",
el famoso "tiempo presente" (ver: Anael 1 de Abril 2011). Pero
recuerden que, incluso en este tiempo presente, e incluso cuando viven la Paz,
cuando viven la Alegría, y descubren la acción de la Luz en ustedes y en
vuestra vida, esto no es suficiente. Porque a partir de ahí, la personalidad
buscará (es su papel), de acaparar esta Luz para ir en la dirección en la que ella
quiere. Entonces (esto fue facilitado por mi corta edad, pero hoy en día es aún
más fácil por vuestras condiciones de vida en la Tierra), necesitan redescubrir
esta espontaneidad y esta Infancia: Infancia que no pide, ni cuestiona el
mañana, ni el ayer, y que es libre de vivir cada momento presente. Porque, cada
momento presente que se vive, no puede estar condicionado ni por vuestra
historia, ni por vuestro devenir, excepto por esta tensión hacia la Luz. Pero
tenderse hacia la Luz, es también dejarse invertir. Además, es dejarla dueña.
Es de esta forma, que pasan a ser lo que Son realmente. No tanto como lo que
creen dominar. Además, las circunstancias de la Tierra no tardarán en mostrarles
que la naturaleza y los elementos son más poderosos. Y que la transitoriedad
del hombre no es nada comparado con el poder de los elementos, ya sea el del
Sol, ya sea el viento, la Tierra o el agua. Todo esto hará que ustedes se
enfrenten a diferentes niveles, en diferentes lugares: ya sea un lugar que es efímero,
que pasa, o un lugar donde todo es inmutable, donde todo es Eterno, donde todo
movimiento, no es un movimiento.
De
vuestra capacidad, de manifestar hoy, esta Tranquilidad, para disfrutar lo que
la vida les ofrece (ya sea en la naturaleza, en vuestras relaciones o
dificultades), es siempre un regalo. Porque ese regalo aunque pueda parecer, en
un primer momento, envenenado, si se mantienen firmes en vuestra Infancia, y
firmes en vuestra espontaneidad, dejando a la Luz Ser, entonces ninguna
preocupación podrá tener la menor acción o implicar alguna reacción. Yo diría
que estos tiempos particulares, son tiempos particulares que invitan a ir más
en Profundidad, todavía más profundo, hacia la Inocencia y la
Simplicidad. Desde luego, vuestra personalidad les dirá siempre que hay algo a
hacer, que hay tal limitación, y que se opone a la Luz. ¿Es que ustedes están
obligados a adherir a esto o aquello? ¿Están ustedes obligados a creer en esto
o aquello? No. Desarrollen esta fe particular, esta fe que está más allá de
cualquier creencia en un paraíso, de toda creencia de lo que sea, sino
simplemente la creencia en la Infancia y en vuestro estado de espontaneidad en
el instante presente.
Si
emprenden este camino de la Infancia, no olviden lo que dije antes de partir:
que yo pasaría mi Cielo haciendo el bien en la Tierra. Y hacer el bien, no es
aportarles lo que necesitan, en esta Tierra, es reencontrarlos y fusionarme con
ustedes, con el fin de permitirles acercarse a esta Infancia y de ser ustedes
mismos. Porque si me aproximo a ustedes (porque me han llamado), entonces nos
Fusionamos. Entonces verán que no hay distancia entre ustedes y yo y que pueden
encarnar completamente esta Infancia y esta Profundidad. Prueben, intenten
esto. Hagan la experiencia. Porque (lo repito una vez más), con las
circunstancias de la Tierra que se desarrollan, y en ustedes, no hay Camino más
simple, más evidente, que el camino de la Infancia.
Por
supuesto, las circunstancias de la vida pueden pedir (a través de la acción de
los elementos), ciertos ajustes, dependiendo de donde ustedes vivan sobre esta
Tierra. La acción de los Jinetes es preferente en algunos lugares y menos
evidente en otros. En otros lugares de la Tierra, como en ustedes, son otros
los elementos que se ponen en acción. Pero no pueden medirse con los elementos.
Les recuerdo que ustedes están constituidos (como nosotros, todos,
cuando estamos en la Tierra), de los mismos elementos. Este cuerpo de carne
pertenece a la Tierra y el retornará a la Tierra. Como los pensamientos, las ideas,
las creencias, emociones, nada de todo eso existirá, excepto, quizás, para la
Tierra, como memoria. Pero las circunstancias de la Tierra apuntan, justamente,
a poner fin al peso de todas las memorias. La Libertad es, justamente, de no
depender ya de la memoria, ya no depender de una historia con sus alegrías y
sus tristezas. Es justamente, ser Liberado de esta alternancia entre la alegría
y las penas, esta alternancia que hace que todo lo que ocurre en nuestras
vidas, ya sea la vida de un asesino (como yo pude orar por ellos), o la de un
santo (tan amados de mi corazón, como fueron para mí). Ustedes perciben,
finalmente, que hay en estos dos seres aparentemente opuestos (el santo y el
asesino), fundamentalmente y en Profundidad, la misma Luz: simplemente, uno ha
aceptado la Luz y el otro se ha apartado temporalmente. Pero fundamentalmente y
en Profundidad, no hay ninguna diferencia. La diferencia, se ve sólo por
la personalidad.
Es
para eso El Cristo nos dijo, que nos amemos los uno, a los otros, como él nos
ha amado. Y no como nosotros queremos amar: que es profundamente diferente.
Debido a que a menudo nosotros, concebimos el acto de Amor en la Tierra, como
una atención, una intención y de manifestar este Amor de una manera u otra. Ya
sea el amor de adulto, sea un amor fraternal, el amor de un padre o de un hijo,
es exactamente lo mismo: hay una necesidad de expresar ese amor a través de
atenciones, a través de las miradas, a través de lo que ejercemos como rol, en
relación a esta persona amada. Pero vivir el Amor no es amar a una persona.
Vivir el Amor, es amar a toda persona de la misma manera, con la misma
igualdad. Es ver El Cristo tanto en el asesino, que en el santo. Es ver más
allá de las apariencias y ver más allá de todo lo que es efímero. Es, registrarse
a sí mismo en su propia Eternidad. Y no pueden juzgar a nadie sin juzgarse a sí
mismo, porque El Cristo había dicho: "con la medida con la que juzgan, se
juzgan ustedes mismos". No hay nadie que los juzgue, que no sean ustedes
mismos. Pero la sentencia no procede de la personalidad: la sentencia viene del
alma. Y ustedes saben que por encima del alma, hay algo más: está el Espíritu,
y está El Cristo, allí está el infinito Amor, el Absoluto. Y que para este
Infinito Amor, la experiencia de la encarnación no tiene sentido ni dirección.
Desde luego (y las enseñanzas modernas se lo han dicho de muchas maneras), el
pensamiento es creativo: puede crear, condiciones agradables como
desagradables, dependiendo de vuestro proceso de pensamiento. Y la Luz alterada
de este mundo seguirá siempre vuestra mente y creará, más o menos rápidamente,
las circunstancias de lo que han creído y adherido. Pero recuerden, que ninguna
de estas circunstancias que han creado (o, a la cual se han suscrito), en
última instancia, no pueden representar el Cielo y la Eternidad.
En
eso también, ustedes deciden. ¿Qué es lo que quieren? ¿Quieren el Cielo o,
quieren la Tierra? Porque la Tierra, ella, decidió unirse al Cielo. ¿Entonces
que deciden, ustedes? Pero, para decidir, yo diría que la mejor manera es no
hacer una elección, ni incluso decidir desde ahora: sino dejar a la Eternidad
actuar en ustedes. Porque si dejan a la Eternidad trabajar (sea cual sea la
recompensa o el precio a pagar), nunca más verán las cosas de la misma manera.
Y lo que les parecía antes, como recompensa o inconveniente, ya no tendrá el
mismo valor, ya que no serán tributarios de algo que pertenece a la Tierra.
Como
se los dijo: El Cristo: "Ustedes están en esta Tierra, pero no son de esta
Tierra". Lo que es de esta Tierra, es lo efímero, vuestro cuerpo, las
estructuras que llaman el aura del cuerpo sutil, los capullos de Luz y las
envolturas. Pero no son nada de esas envolturas. Tampoco son el cuerpo
que perecerá un día. Tampoco son vuestros pensamientos. Así que yo no
les pido creerlo, sino simplemente vivirlo. Y cada día que ustedes se acercaran
a este 1 de Diciembre (y último mes de ese año en particular), todos los días,
constatarán que si van hacia la evidencia, la Simplicidad y la Infancia, más
serán colmados. Pero no colmados como una satisfacción de alguien que tiene un
deseo y que debe reproducirlo, sino más bien, como prueba simplemente, de lo
que Son. Y eso es lo que puede colmarlos, de manera Eterna. Nada de este mundo
puede colmarlos, incluso algo perfectamente logrado. Sólo la cantidad de Amor
que hay en vuestro corazón, sólo el Amor que Son (no como un deseo, no como un
ideal, sino en realidad, lo que emana de vosotros), los pone de golpe en el la
Infancia o en la dificultad.
Piensen
bien en mis palabras, porque es realmente, a través de esto es que ustedes
pueden estar en Paz consigo mismos, o en cólera contra sí mismos o contra el
mundo. Mientras no hayan alcanzado la inefable Gracia del Absoluto, de El Cristo,
solo pueden vivir compensaciones, fluctuaciones de alegrías, fluctuaciones de
penas. Todo esto es temporal y pasará, pero ustedes no Pasarán jamás. Por lo
tanto, para descubrir, realmente eso (para no hacer una adhesión o una
creencia), serán invitados a esta Profundidad y Simplicidad. Están invitados a
despojarse, de algún modo, cada vez más de todo lo que es superfluo. Todo lo
que le parecía vital en algún momento, se darán cuenta (si están atentos), que
desaparece. Por supuesto, los cambios fisiológicos los conducen a su manera: ya
sea través del sueño, la alimentación, y la consciencia que manifiesten en
vuestras relaciones humanas y en vuestras relaciones con nosotros. Cuanto más
simple, y más espontáneos sean, más estarán en la Infancia y todo será más
fácil. Mientras más ustedes deseen tener las riendas, y mientras más quieran ser
dueños sí mismos y de vuestra vida, más se alejan, y todo es más difícil. Esto
va a aparecer a ustedes de manera flagrante.
Lo
que en mi tiempo necesitaba, yo diría, una fortaleza especial, para una misión
particular que yo cumplí en esa época (y mi misión fue muy corta), era
simplemente dejar la marca de mi Vibración y de mi Presencia para permitir, con
el impulso de esta Profundidad, de poner al día el Camino de la Infancia, el
camino de la Inocencia. Y es ahora, en estos tiempos especiales, que este
camino de la Infancia, debe parecerles y aparecerles como evidencia. Recuerda
bien: el Niño está completamente inmerso en lo que hace, en lo que él es, en
ese momento. Los deseos los alejan del momento presente. La proyecciones de cualquier
tipo (sobre una fecha, un evento), los aleja también, del instante presente. Y
la solución está sólo en el momento.
Entonces,
devenir Simple volver a ser un Niño, volver a ser Humilde, es sin duda tal vez
lo más difícil de aceptar para la personalidad. Pero también es la cosa más
fácil de hacer hoy. Debido a que no pide nada de ustedes. No requiere ningún
esfuerzo. No requiere ninguna costumbre. No requiere de meditación. Sea cual
sea vuestra actividad (ya sea que estén recogiendo una flor o en el proceso de
amar a alguien cercano), todo esto debe hacerse, simplemente con la mayor
espontaneidad. Debido a que el Niño, también, es espontaneidad. Así que ustedes
no pueden meditar en un devenir, sobre vuestro devenir, saber ahora si Vibran o
no Vibran, saber si sienten la energía, saber si viven el Êtreté. Porque lo que
importa es la Paz o la ausencia de Paz. Y cada día que se acerquen a diferentes
encuentros con la Luz, los hará ver eso, de manera cada vez más clara. Si
ustedes son simples, y si aceptan todo lo que se presenta (sea, un acto, al
parecer, de sumisión de la personalidad), es un acto de gran fuerza. Esto es
precisamente lo que da la fuerza del alma, de un alma que se vuelve hacia el
Espíritu y no hacia la materia. No para considerar la materia de este mundo
como sucia o corrompida, sino más bien, para saber que toda materia de este
mundo es efímera y que jamás lo efímero podrá colmarlos en la Eternidad: solo
la Eternidad puede.
Por
lo tanto, los invito a mirar bien lo que ocurre en todos los actos de vuestra
vida, en todo lo que se produce en vuestra vida. Reconsiderando eso, y
preguntándose cómo lo haría un niño, cómo actuaría la espontaneidad, en
cualquier circunstancia. Y si ustedes dijeran (como lo hizo El Cristo), pero en
vuestra vida, sin ser torturados, ni sufriendo en la cruz: "Padre, hágase
tu voluntad", ¿quién es este Padre? Esto no es un dios. Es simplemente lo
que ustedes Son en la Eternidad. De hecho, ustedes son el Padre de
ustedes-mismos. Todos somos los genitores de nosotros-mismos en cierto modo.
Así
que estar en la Humildad y la Infancia es aceptar no entender todo, aceptar no
ser maestro de nada, y de no controlar nada, dejar que la vida funcione y no
interferir con la vida. Es devenir totalmente Transparente a la Luz. Es dejarse
guiar por ella. Ya no ser guiado por interés personal, por su miedo y la
protección del mañana, sea lo que sea, porque incluso el día siguiente solo
tendrá un tiempo. Y mañana será eliminada por otro día, o por el fin de los
días, que es lo mismo. Así, que están invitados, más que nunca a llamarme. No
hablo, por supuesto, de vuestros Alineamientos o en los momentos en que les
parece, no infantil, ni fácil, y que les parezca escapar a vuestra comprensión
o los ponga en cólera. Debido a que es precisamente, es en ese momento que puedo
estar más cerca de ustedes. Llámenme y yo responderé, como lo he hecho siempre.
Simplemente, se convertirá para ustedes, en algo más sensible, más fácil, y más
evidente.
Todo
eso son los aportes de la Humildad, de la Simplicidad. Pero recuerden que
mientras no se olviden de ustedes-mismos (y que exista aun el sentido de la
importancia de este cuerpo, de esta persona, de esta vida, del papel se
mantienen hoy, de la función que se les han asignado, o que la vida haya
les ha asignado), dependen de las circunstancias de la vida y están seguros de
alejarse de la Luz. Lo que era apenas perceptible, sólo hace unos pocos años de
tiempo Terrestre, les aparecerá cada vez más, yo diría, de manera estrepitosa
para la consciencia. Este es el momento en que aceptan finalmente,
que no hay, en este cuerpo y esta vida, otra posibilidad que ser lo que ustedes
Son. Eso creo, que el HERMANO K, ha llamado madurez, esa madurez espiritual
(ver: HERMANO K 16 de Octubre 2012). Descubrir eso (la madurez espiritual
y la sabiduría), es la Infancia. Esto no es el resultado de un ascetismo. Este
no es el resultado de un ayuno. Esto no es el resultado de una oración, sino
más bien un estado del alma.
Así
cuando yo llevaba mi diario (que ahora conocen, como "la historia de un
alma"), con mucha precisión, yo di todos los elementos que constituyen el
Camino de la Infancia. Así que lo que puede parecer tan alejado de vuestras
vidas, hasta no hace mucho tiempo, les aseguro que hoy tienen las mayores
facilidades para transitar el Camino de la Infancia. Esto es, yo diría, un
ascensor directo a lo que Son y yo puedo, de manera privilegiada ayudarlos, si
son sinceros. No estoy aquí para darles una ventaja Terrestre. No estoy aquí
para responder a una necesidad Terrestre, sino a las necesidades de vuestra
alma: y en vuestra Eternidad. Y, más que nunca, estoy en mi lugar para eso.
Apelar
a mi Resonancia, apelar a mi Elemento, buscar mi Presencia les ayudará,
realmente a vivir la Infancia y por lo tanto la Simplicidad. No habrá en
ustedes, más zonas de resistencia, a la Luz. La Transparencia será total.
Ustedes no se verán afectados por todos estos cambios que se están produciendo
en vuestras fisiologías. Ustedes lo vivirán sin ser afectados, y aceptaran, por
ejemplo, las modificaciones en vuestras necesidades, sean las que sean, no como
un castigo ni como una restricción, sino como la evidencia de la Luz.
He
aquí las palabras que tenía que entregarles, y la Vibración de mi Presencia.
Por lo tanto, Hermanos y Hermanas: revivamos un momento de Paz, un momento de
Amor, en la Simplicidad de la Infancia. En cuanto a mi les digo, hasta la
próxima vez. Y no olviden: estoy a vuestra disposición.
...Compartiendo el Regalo de la Gracia...
Soy
Teresa. Terminaré por esta frase que no es mía, sin embargo, está en resonancia
con lo que yo soy. Yo diría: “Dejen que vuestra vida sea la de una rosa que
exhala su perfume, sin preguntarse por el perfume”, y descubrirán, si no lo han
hecho, la Eternidad. Les digo, hasta pronto.
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