LOS MIEDOS INCONSCIENTES....SOLEIKA LLOP
Hoy me ha llegado por Internet un artículo firmado por Pablo Matías Durán sobre el miedo, sólo sacaré una síntesis porque es muy largo, entroncándolo con lo que dijo Kryon en el libro sobre las 12 Capas del ADN sutil (resumido en este blog). Recordemos sus palabras:
“El miedo incapacita casi todas las partes del poder y lleva el humano a una modalidad básica de supervivencia. El miedo bloquea casi todo menos los instintos básicos de supervivencia: no podéis recordar vuestro teléfono, ni gritar, tembláis. Sólo hay una fracción de la vida del universo que está aliada con la divinidad del creador, y somos parte de ella. No fue fácil sembrar ese nuevo ADN, al primer humano lo mataron otros porque vieron su luz y se asustaron. Muchos otros pasaron por lo mismo, de ahí el miedo a la iluminación, las almas viejas lo tienen, y con razón.”..
Como nos cuenta este interesante post, en el territorio del inconsciente no existe el tiempo, por lo tanto algo que ocurrió hace miles de años es tan actual como lo que nos pasó hace una semana. Si las primeras manifestaciones de la luz, por parte de un humano, recibieron agresiones como respuesta, no es de extrañar que el miedo más profundo que tenemos inscrito en nuestra memoria celular sea el miedo a la luz. Máxime cuando la civilización que siguió a la lemuriana (ver el libro XII de Kyon), la de los atlantes, acabó destruida precisamente porque éstos utilizaron su luz de una forma inadecuada, manipulando el ADN, los genes, la energía atómica y el poder de los cristales.
Una forma de superar este miedo es recordar quiénes éramos entonces, cuáles eran nuestros poderes, y actualizarlos, esa es una de las funciones de la Alquimia Genética. Veamos pues este post.
“Dice Herminio Castellá que el miedo es una emoción que está asociada a un peligro, pero generalmente no tenemos consciencia de esa relación ya que esa asociación es a nivel inconsciente.
Para que exista esa relación tiene que haber habido todo un aprendizaje, no podemos tenerle miedo a algo que no tengamos grabado en nuestra mente como peligroso o doloroso. Por lo tanto estas situaciones a las que les tenemos miedo nos remiten a situaciones similares vividas, ya sea por nosotros o por nuestros ancestros del plan de vida que conforma nuestro inconsciente.
Los miedos que están grabados más fuertemente en nuestro inconsciente son generalmente los que están asociados a la muerte (a lo que nuestro inconsciente interpreta como peligro de muerte). Estos miedos nos remiten a situaciones donde hubo muertes y a lo que se sufrió por ello, pero no es exactamente a la muerte en su significado profundo, como función biológica natural, con toda la acción interior que ello implica, sino por cómo fue vivido por quienes acompañaron esa muerte, cómo fueron los momentos previos, los sentimientos asociados y el miedo de morir. En ese momento nuestra mente nos protege de lo que interpreta como peligro de muerte.
A la muerte como función biológica estrictamente no podríamos tenerle miedo inconsciente, ya que nadie con vida la experimentó para transmitirla y los pocos que experimentaron los instantes previos no indican justamente que fuera desagradable. Lo esencial de esto es que, si una situación está asociada inconscientemente con peligro de muerte, nuestro inconsciente reacciona para proteger nuestra vida.
La influencia de nuestros miedos
El miedo no es algo malo en sí mismo. Existen miedos que nos vienen de ancestros muy lejanos, incluso algunos son anteriores al ser humanos y que nos vienen de los animales. Hay distintos tipos de miedos, algunos son de la especie y otros de las razas o grupos sociales. Los miedos forman parte de nuestra estructura y son los que a veces nos impulsan a hacer cosas y explican en cierta manera nuestra vocación, nuestras tendencias etc. Podemos decir que un médico es médico porque ama la salud pero también porque tiene miedo a la enfermedad, según desde que ángulo se lo analice; o en un economista podemos encontrar dentro de su plan de vida miedo a que la sociedad sea pobre, al mismo tiempo que vamos a encontrar en él amor al desarrollo de la sociedad; en un abogado amor a la justicia y miedo a la injusticia etc.
Por supuesto que los miedos asociados a las vocaciones son múltiples. Un empresario pujante puede tener en su inconsciente además de amor al progreso, varios miedos asociados como miedo a ser pobre, miedo a sufrir por no ser rico, miedo a no tener poder, peligro de muerte por no tener dinero etc.
El Dr. H. Castellá decía que si algo se nos tiene que dar y no se nos da, es porque le tenemos miedo. Es decir que si tenemos edad para estar casados y no lo estamos, es porque le tenemos miedo al matrimonio. Si una pareja quiere tener un hijo y no puede es porque tiene miedo a tenerlo. Si alguien desea tener más dinero y no lo tiene es porque le tiene miedo a tener esa cantidad de dinero, etc. También decía que si algo nos debe gustar y no nos gusta es porque le tenemos miedo.
La timidez es una forma de miedo, está asociada al miedo a un castigo. El tímido tiene miedo, entre otras cosas, a equivocarse, y a que por eso lo castiguen. En su plan de vida seguramente va a encontrar fuertes castigos.
Se pueden diferenciar dos clases de tímidos, el que teme a los demás y el que se teme a sí mismo. En este último si su miedo no es muy intenso, trasmite a los demás que lo protejan y es una persona que agrada a los demás. El que tiene miedo a los demás trasmite que quiere destruir al otro, por lo que no cae bien y es rechazado por los otros.
Los miedos insensatos son construcciones culturales que nos vienen de situaciones que tenemos grabadas, que en otra generación pudieron haber sido realmente peligrosas pero que ahora no lo son. Muchos de estos miedos se van intensificando de generación en generación.
Cuando hay depresión, un elemento importante es la culpa. Esta siempre trae a colación grandes castigos en antepasada. La culpa según explico siempre H. Castellá es esperar un castigo, sintiéndose impotente para evitarlo.
Como resolver nuestros miedos:
La pérdida del miedo no está únicamente en intentar dejar de tener miedo, no está solo en buscar las causas en nuestro plan de vida y razonarlas en forma positiva, sino también en enfrentar la situación y tratar de cambiarla. Si buscamos solo revertir los miedos, para luego una vez que no tengamos miedo comenzar a actuar, lo que estamos haciendo es en cierta forma una forma de huida ante el miedo.
La resolución de comenzar a actuar aunque tenga miedos y que esa acción incluya la tarea de ir perdiendo los miedos sería la actitud adecuada y ese coraje nos enriquece y nos humaniza.
El Dr. Castellá dijo que para perder nuestros miedos la primera actitud que tenemos que tener es la de amar nuestros miedos, que no es otra cosa que amarnos a nosotros mismos con nuestros miedos. Luego explicó que no se puede revertir un miedo desde el miedo porque eso traería como consecuencia lógica reforzar ese miedo. (se puede pactar con los bajos astrales que promueven el miedo en nosotros, éste es un ejercicio que se realiza en Alquimia Genética)
Si amamos a nuestros miedos los vemos con una óptica totalmente distinta, entendemos que están allí por algo y para algo, que las mismas causas que nos provocaron esos miedos tal vez nos provoquen cosas favorables. El tomar esta actitud puede llevarnos a que incluso nuestros miedos insensatos y sus causas inconscientes nos den gracia en lugar de amargarnos..
Si nos observamos atentamente podemos darnos cuenta que muchas veces estamos alarmados, angustiados, molestos, irritados etc., y no nos enteramos porque estamos acostumbrados a esa situación. A veces estos estados son muy sutiles pero sentimos un alivio al tomar conciencia. Esto es sumamente importante porque nos da la oportunidad de cambiar la actitud, de conocer nuestros miedos para dejarlos de tener, pero también para transformar ese miedo en algo valioso para nosotros porque entre otras cosas los miedos encierran mucha energía, que hasta ese momento está orientada en bloquearnos.
Los niveles inconscientes
El doctor Herminio Castellá descubrió en sus primeras investigaciones hace ya más de 30 años* que la información que tenemos almacenada en nuestro inconsciente no sólo proviene de nuestras experiencias sino que también tenemos un gran bagaje que nuestra madre nos trasmitió al elaborar un programa de vida para nosotros. Como ella a su vez tiene su propio programa de vida elaborado por su madre (nuestra abuela materna), y su madre de nuestra bisabuela y así sucesivamente, nuestro plan de vida tiene información de vivencias ancestrales y se han encontrado datos bastante remotos en el tiempo.
No se tiene certeza acerca de cómo está almacenada esta información, ni siquiera se ha podido determinar el lugar biológico en que se encuentra el inconsciente ya que el plano anímico trasciende el plano biológico. Lo que sí se sabe es que lo que cada madre transmite al elaborar el programa de vida son esencialmente vivencias afectivas y no pensamientos o razonamientos abstractos. Y también se ha descubierto que en el inconsciente no existe la dimensión temporal; esa dimensión la da la conciencia. Esto es sumamente importante porque nos permite comprender que hay experiencias vividas cientos de años atrás que para nuestro inconsciente son tan actuales como las que estamos viviendo ahora.
Cuando una persona vivencia una experiencia determinada, los sentimientos quedan grabados en su inconsciente de acuerdo a cómo los sintió. Y a su vez, con su actitud, promueve todas las experiencias almacenadas en ese nivel. Por lo tanto, si uno está caminando en una calle oscura y siente miedo, esto se debe a que en el nivel de defensa está grabada la información de que una calle oscura es peligrosa.
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