MARIA DE NAZARETH
LA REPRESENTACION DEL MAS PURO AMOR DIVINO.
Por María Ruso (Adehenna)-27-2-2014
Amados niños de mi corazón Inmaculado, y a ti amadísima niña que escribes, os hago entrega en este mensaje de LA REPRESENTACION DEL MAS PURO AMOR DIVINO.
Ese amor sublime, que no espera nada a cambio, ese amor que se manifiesta como oleadas de ternura, y ese estado de enamoramiento que estáis sintiendo en vuestros corazones, que os inspira a los mas bellos reclamos de vuestra alma.
Abrazad en lo mas profundo de vuestro ser, esa sensación de amor y libertad.
El amor proviene del corazón, pero vuestra alma, es la que acciona y se eleva, cumpliendo los designios que nuestro amado Padre Creador Viviente, desea ser escuchado, y cumpláis en obras, llevando a la práctica el más puro amor divino, que estáis recibiendo.
Aunque, os parezca una ironía, por los acontecimientos adversos que tenéis que vivir, y demuestran todo lo contrario, allí se esconde el amor divino que tenéis que manifestar.
El amor lo puede todo, nunca olvidéis que es en vano, cuando entreguéis amor, una chispa de amor divino, esta florecerá, aunque no provenga de la persona o las personas que esperáis.
El amor es la flor de mi jardín, es la rosa que tanto amo, vosotros sois mis niños adorados, y recibo, con una inmensa ternura, cuando os acordáis de mí.
En los tiempos de mi vida en Nazareth, Mi amado José, planto en mi jardín, los bellísimos rosales, y otras flores, que inundaron mi ser de ese perfume con las fragancias mas exquisitas, luego seria el aroma que me representa, en mis apariciones, o simplemente derramando tan suavemente sobre vosotros, mi amor, cuando estáis en oración, y presenciáis alguna otra manifestación cuando gira el sol y los rayos arcoíris, se reflejan en vuestros cielos.
¡El bien triunfara, no tengáis dudas!
El fuego del amor arrasara, con todas las tinieblas de una vez por todas.
Vuelvo, y desciendo a mi jardín, y a esta casa cercana al mar, ¡vuelvo a ver el mar de Galilea!.
Vuelvo a ver a mi Jesús, cuando frente a ese mar, llamo a los primeros a seguirlo, pero yo vuestra Madre también pienso en vosotros, en estos tiempos y os invito a seguirme, os envuelvo en la representación del más puro amor divino.
Estáis bendecidos, sois amados, con un amor inconmensurable, y a veces no os dais cuenta, que aceptando en vuestros corazones, esta oleada de amor, puede cambiaros la vida y preparar en vuestros corazones, ese jardín de rosas, un instante de amor que fluye desde el corazón, es mas fuerte, que todo el oro del mundo.
Mi hijo os dijo. Deja todo, y sígueme! No en su significado literal, sino en el amar, ver el alma en el otro, y os estáis comunicando y uniendo en el ahora, almas de todos los confines de la tierra, con un solo fin, el amor.
Los tiempos del ahora, del no tiempo, son los propicios, para quedaros fascinados, y encantados dentro del amor divino, y vuestras presencias de luz, serán como llamas ardiente de ese amor, y el amor atrae mas amor.
Atreveos, a plantar rosas, como José lo hizo, atreveos, a decirle a vuestros hermanos y a demostrarle que eres amor divino, y como amor que eres, lo amas.
Romped las cadenas, del pasado, que de generación en generación os han oprimido, oprimido de manifestar el verdadero amor divino.
No os estoy llamando a una sublevación de masas, pero si a vuestra propia sublevación al amor.
La entrega al amor, es sublime, y transforma a las almas, esto ya lo sabéis.
La entrega al amor divino, se manifiesta en vuestra mirada, quedaran fascinados con vuestra presencia, que irradia amor, así se presento mi amado Hijo, ante Cefas, con Andrés, cuando bajaban de los barcos, y ponían el pescado en los cestos, y luego fueron a ver a Juan, y a lo de Santiago, y les dijo “venid también vosotros conmigo”.
No titubearon, sentían una presencia tan poderosa de amor, una confianza, infinita, y así comenzó todo, los pescadores de hombres, como los llamo mi amado niño Jesús.
Mis niños adorados de mi corazón, vivid, desde alma, ella os guiara, y el corazón abrazara en vosotros el mas puro amor divino.
Os amo mis niños, los cubro con mi Manto de Gracia y amor. Estoy con vosotros.
A los que estáis leyendo estas mis vibraciones, recibid esta Representación del más puro amor divino.
Soy María de Nazareth, vuestra Madre, y Reina del Cielos y de la Tierra.
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