Ascensión. De Soleika- Llop
11/02/2012
Éste es uno de esos ejercicios de Alquimia Genética ante el cual me quito
el sombrero, me inclino, hago una reverencia, porque es algo sublime. El
relato de una hermosa ascensión, con todas las dificultades que ello con
lleva, con los esfuerzos, con las dudas, con las comidas de coco. Creo que
todos nos sentimos identificados, en menor o mayor medida con ese recorrido
crístico.
Vemos que la conexión con el doble –como dice Garnier Malet- puede
realizarse de forma totalmente consciente, además de tener lugar en el
proceso onírico. Esa es la principal ventaja de la Alquimia Genética.
La persona está explorando su Capa 2.7, que es la que tiene que ver –entre
otras cosas- con saber valorar al otro Yo, a la pareja interior, paso
ineludible para aprender a valorar a la pareja exterior o a los demás en
general. Esta persona no maneja la astrología, por lo tanto no tenía ni
idea de los contenidos de la 2.7, eso le da más valor si cabe a su
ejercicio. Me siento realmente afortunada y emocionada de ser la receptora
de este tipo de trabajos, doy gracias al Padre por ello. Entre paréntesis,
mis escasos comentarios (ni falta que le hace).
“Hoy tengo prisa por llegar, voy acompañada por el arcángel Miguel y el
avatar. Todos los personajes de mi pueblo celular me esperan parece que
también están inquietos. Todos llevan una mochila a la espalda, vestidos
para ir de excursión, incluyendo las hadas, están totales.
Al mí también me ponen una mochila. Miro hacia la casita donde guardo mi
corazón, está bien cuidado, va creciendo cada día , junto mi bola de
cristal y mi artilugio, y eso me llena de emoción, empiezo a creer que nada
es en vano y doy gracias por ello. Nos vamos por un camino por el centro
del pueblo. Nuestro objetivo es una montaña, empezamos la ascensión.
-¿Qué es esa montaña?
- Representa tu ascensión, contesta el avatar.
-¿Cómo mi ascensión?
- Lo que vas consiguiendo día a día.
El camino al principio es pedregoso, casi pierdo el equilibrio, pisando las
piedras.
- ¿Por qué tantas piedras?
- Al principio no es fácil, todo son trabas, pruebas
- ¿Cuáles son las principales trabas?
- La pereza, las excusas, el escuchar siempre a los demás y hacer lo que
ellos quieren que hagas. Esas son las piedras que te harán caer con más
frecuencia.
Intento no tropezar. Seguimos subiendo, el paisaje va cambiando, ahora
empiezan los pequeños arbustos a aparecer y algunos nos dificultan el paso.
- ¿Qué son estos arbustos? Silencio. Pido ayuda a Miguel.
- Son las pequeñas cosas que no quieres ver
- ¿Qué cosas son esas?
- Lo importante que empiezas a ser para los demás
-¿Pero si los demás apenas me ven?
- Eso es lo que tú crees, a veces no te ven pero te sienten. (Eso es
exactamente lo que está ocurriendo, no la vemos pero a través de sus
extraordinarios trabajos, la sentimos).
Hay tramos que los arbustos casi no te dejan paso. Todos los de mi pueblo
van detrás de mí. El día se ha nublado y empieza el viento. No me gusta el
viento. (tormentas de ideas, comidas de coco, el elemento Aire es
pensamiento, mente).
- ¿Por qué se pone tan mal tiempo?
- Porque dudas”
- ¿De qué?
- De ti, de tu potencial, de lo que hay dentro, por eso el cielo se pone
gris, porque tú misma lo quieres tapar (eso da mucho que pensar sobre la
influencia que ejercemos entre todos sobre los patrones climáticos)
- Pero lo hago sin querer
- O no, te es más fácil esconderte que decir “aquí estoy yo”
- La vergüenza, la timidez no me dejan – le digo –
- Sigue siendo una excusa
- ¡Pero lo paso fatal!
- Ya lo sé, pero tú te crees insegura de ti misma.
No nos paramos seguimos subiendo, y a medida que lo hacemos la maleza se
empieza a espesar y el aire se envicia.
- ¿Por qué cada vez es más difícil?
- Porque cada vez estas más cerca
- Pero entonces no sé si tendré fuerzas
- Más excusas. Sólo tienes que creer en ti.
- ¡Como si eso fuera tan fácil!
- Lo es si te dejas llevar. Si te dejas ayudar.
Acabo de perder el camino, no sé por dónde seguir.
- ¿Qué hago?
- Párate, tranquilízate, para tu mente y sigue tu corazón
De repente me giro y veo que uno de los niños lleva mi corazón en la mano,
entre unos algodones. Me emociono.
- Es a él a quien debes seguir, no lo pienses más y hazlo.
De mi mochila saco un machete y empiezo a dar machetazos, para abrir camino
y poder pasar. A cada machetazo me siento más fuerte y mi mochila parece
que pesa menos cada vez. Será que voy dejando atrás varias cosas y sobre
todo mi inseguridad. Parece que el ver mi corazón me ha dado una fuerza que
nunca creí tener. Ya va apareciendo un camino. Al seguir por él, vemos que
los matorrales los vamos dejando atrás y aparece delante de nosotros, a
pesar de la hierba verde, una cuesta muy empinada que lleva a la cima.
- ¿Por qué tan empinado?
- Porque necesitas hacer otro esfuerzo
- ¿Para qué?
- Para comprender
- ¿Comprender qué?
- Lo que eres, y para qué has venido
- ¡Esto se pone difícil!
- Lo sé, sólo tienes que creer en ti y en tu capacidad de amar
- ¿De amar?
- Si, ayudar el amar, el compartir es amar, el dar es amar
Ahora sí que me falta el aire de verdad. Me paro, tomo aliento y sigo
ascendiendo, ya falta poco. Unos me dan la mano, otros a mí alrededor, las
hadas revolotean por encima de mi cabeza. Todos me dan ánimos para seguir.
A la par de la emoción que siento, ya nunca más me sentiré sola. Lloro
.Siento algo por dentro que no podría definir. Mi llanto es tanto de
emoción como de agradecimiento. Unos metros más y llegamos a la cima. Allí
todo es verde y flores de colores sobre todo violetas. Hay un altar de
piedra. Me quedo muy sorprendida al ver aquello. Al lado del altar está
Jesús, que me llama para que me acerque.
- Gracias por venir, me dice
Sin poder contener el llanto le digo:
- Yo soy la que estoy agradecida de encontrarte
- Gracias por tu esfuerzo
- ¡No lo habría logrado sin tu ayuda!
Todos estamos vestidos de blanco, hasta los niños y las hadas, es una pasada
- Éste va a ser tu sitio sagrado, aquí arriba de tu montaña. Ven aquí a
menudo, porque este será tu sitio para orar, para todas tus plegaria. Ya
nadie te lo puede quitar, ni profanar.
Le doy un abrazo porque no sé qué decir. Mi agradecimiento es tan grande.
Todos se acercan a nosotros. Es como si el Sol solo estuviera encima de
nosotros. La luz es impresionante, ese chorro de energía que sube hasta el
cielo. Ahora sé que lo conseguiré, no sin esfuerzo pero me espera Gracias.
Cueva de Shungit : Hoy todas las piedras brillan más que otros días, parece
que salieran rayos de ellas y todas dirigidas a mí, a todo mi cuerpo
llenando todos los huecos de cosas que voy dejando por el camino.
- Es la inseguridad que vas dejando, pero tienes que ser consciente de ello
para mantener esa energía dentro de ti.
- Gracias.
Me voy como si me hubieran rellenado de nuevo. El avatar sonríe, porque
parezco una niña chica con zapatos nuevos.
Cueva Diamantina: Saludo al ángel que me esperaba. ¡Qué luz! Es el día que
hay más luz. Hay una montaña de diamantes delante de mí.
- ¿Para qué es?
- Es parte de tu montaña. Lo que llevas dentro acumulado desde hace tiempo,
es lo que hay dentro de ti que yo te lo he guardado para cuando lo
descubras del todo.
Cojo un puñado, la sensación es de recobrar algo. Al acercármelo al cuerpo,
cada uno de mis poros empieza a brillar. Es una sensación de alegría que me
gustaría llevar siempre conmigo. Le doy las gracias.
Casa del Jefe de la Capa 2: Hoy hay otra persona con el jefe. Están
sentados en una mesa.
- ¿Quién te acompaña hoy?
- Alguien que te puede ayudar
- ¿Quién es?
- Un amigo
Me siento con ellos. El amigo me produce respeto.
- ¿Qué quiere de mí?
- Que le ayudes
- ¿A qué?
- A quererse
- ¿Y cómo lo ayudo?
- Queriéndote a ti
- ¡No entiendo!
Me hace poner su mano en su corazón y la suya en el mío. La energía empieza
a correr del uno al otro hasta formar un círculo. Mi corazón empieza a
latir con fuerza. Ya no se sabe de dónde sale la energía, solo sé que no
puedo quitar la mano, porque nuestros corazones empiezan a latir al unísono.
- ¿Quién eres? – sin soltar-
- Tu otro yo, el que te falta, el que te completa
Creo que mi corazón de aquí se me va a salir por la boca. No sé si quiero
saber, o si estoy preparada para ello.
- ¿Mi otro yo?
- Sí
- ¿Qué parte de mi eres?
- La que todavía tienes por descubrir, la que te va a llenar del todo. La
que te va a dar esa seguridad que tanto anhelas
- ¿Qué debo hacer?
- Descubrirme poco a poco
- ¿Me ayudaras?
- Estoy aquí para ello, ya no me escondas más.
Lloro. De repente 52 años de mi vida llegan a mi mente. Todo lo que he
pasado siendo solo la mitad e irme redescubriendo cada día es impactante.
- ¡Cuánto daño te puedes llegar a hacer, creyéndote que no vales!
Miro al avatar y le agradezco infinito que me acompañe en este viaje. Le
doy las gracias al jefe y salimos. La paz que se respira en los jardines de
la casa es maravillosa y reconfortante.
Me traslado cuánticamente al momento en que mejor utilicé los potenciales
de esa área, la 2.7. Me veo en la cima de una montaña, soy una mujer con un
libro y un grupo de gente de todas las edades, escuchando atentamente.
- ¿Qué estás leyendo?
- Textos antiguos
- ¿Qué clase de textos?
- Estos que son atemporales y que la gente debe saber para superarse a sí
misma
-¿Para qué?
- Porque es tiempo de despertar, de hablar, de hacer.
Me siento con ellos.
- Cree en tu potencial, está ahí para utilizarlo
He vuelto a mi pueblo, al escenario nº 1, ya han bajado de la montaña. Han
recogido flores, piedras para adornar la mesa, está francamente bonita El
corazón sigue creciendo. Hay guitarras para amenizar la fiesta, canciones
que todos participan. Que satisfacción poder vivirlo. Gracias"
De Soleika Llop
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