Ángeles de Ayer, Extraterrestres de Hoy.
Eugenio Siragusa
La Voz del Universo
Enseñanzas, Vida y Obra
Nosotros detestamos la violencia, tampoco soportamos la hipocresía.
“Nuestra Conciencia no nos permite simplemente estar contra la violencia, sino que nos prohíbe todo compromiso que, además de la violencia, suscita lo que hay más negativo en la naturaleza animal del hombre de ese mundo.
Vuestras instituciones religiosas, políticas, sociales y científicas, sufren el enorme peso de leyes injustas, que el hombre de la Tierra aplica, creyendo que él no es más que una resultante física, química y biológicamente funcional.
En verdad vosotros sólo conocéis un poco o nada al “hombre” y los valores Eternos que él posee en toda su verdadera personalidad Divina que no es sólo física, sino espiritual. Vosotros los terrestres cuidáis muy mal el instrumento que os sirve para manifestar y experimentar el Conocimiento y, por consiguiente, la consciencia de los Valores Eternos Absolutos, positivos y constructivos de la armoniosa Luz que crea todas las cosas visibles e invisibles.
Vosotros os preocupáis de las apariencias exteriores efímeras y descuidáis la educación del medio que debe, en todos los casos, responder a los Valores del Espíritu, que es el único verdadero hombre.
No os quejéis porque las cosas van de mal en peor, ya que conociendo el mal, vosotros no sacáis las conclusiones necesarias para que el bien sea exaltado en vuestras Consciencias, hasta convertirse en la Ley de Vida y de Verdad.
No os obstinéis tontamente en perseverar en el mal, sabiendo lo que ello os cuesta. El bien os aparece en todo su esplendor benéfico, cargado de paz, de justicia, de amor y de todo lo que vuelve feliz, positiva y constructiva, vuestra breve estancia en vuestra dimensión. A pesar de ello, os hacéis los ignorantes con hipocresía, sólo porque el Verdadero Bien, tiene la fuerza de purificar vuestras almas de toda mancha, que las vuelve libres y capaces de dar al espíritu la alegría de encontrarse en vuestra dimensión con el bagaje necesario para gozar en Dios de Su Eterna Obra Divina, y por poseer la verdad de su verdadera razón de ser.
Vosotros comprendéis muy mal este lenguaje que nosotros manifestamos, con alegría extrema, a vuestros espíritus y a vuestros corazones. Vosotros los terrestres, podríais comprender pero no lo queréis, porque el mal es vuestra morada y el sufrimiento vuestro jergón.
La fuerza de la violencia crece de vuestra hipocresía desmesurada, de vuestras malas costumbres, y sobre todo, de las injusticias que torturan el cuerpo y el alma, negando al espíritu la Luz que le es necesaria para exteriorizar todos sus Valores Eternos. Vosotros sois tontos, y mientras continuéis en el mal consciente, no esperéis tiempos mejores.”
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