Mensaje a la Humanidad
María de Nazareth
Por Maria Ruso-Adehenna
1-12-2014
Hijos de mi Corazón, soy Madre María, vuestra Madre, desciendo hasta ti, amada niña, que recibes mis palabras.
Percibes mi luz, y mi perfume inconfundible como tú dices, el aroma de mi jardín de rosas.
Amados niños, os miro, como pequeñas luces, que con su pureza, y amor, miro los reflejos de vuestros corazones que estáis ansiosos en estos tiempos de ascensión.
La tan ansiada ascensión solo la viviréis en vuestros corazones, preparaos para la llama ardiente que se derramara por Gracia Divina nuevamente.
La humanidad tiene necesidad de luz, y esa luz, es el amor que necesitáis, para expandir aun más vuestros corazones, hasta que os convirtáis en cristalinos. A través del cristal podéis ver la transparencia de la purificación.
Vuestros corazones son diamantes cristalinos, en ellos no pueden existir matices, grises, ni negros, la brillante luz refleja en todos los rincones y se ve la bellaza de vuestra divinidad. Recogeré esa luces cristalinas y se las llevare a mi Hijo, que es también el Padre amoroso, que esta permitiendo este magnifico reencuentro.
Así era en aquel tiempo, en mi vida en Nazareth, veía la pureza, de corazón, de mi niño Jesús, lo sentía en la paz de mi espíritu, y en la confianza, plena y absoluta de mi rol, en aquel momento tan distante, de mi vida. Sentada frente a la llama del fuego, que nos abriga, podía veros, mis niños, la humanidad entera esperando y clamando por amor.
Muchos de vosotros dirán que no pasara nada, o no paso nada, siempre se habla de la ascensión, que están acompañando a Madre Tierra, y nada pasa.
No esperéis eventos extraordinarios a vuestro alrededor, no los habrá, como siempre, las señales serán percibidas en vuestro interior. Los acontecimientos serán percibidos como una ansiedad de ser amados en totalidad, respetándose a vosotros mismos, no percibiendo sombras en vuestras existencias, el deseo de amar será tan gigantesco y a la ves correspondido en la medida de vuestras vibraciones. Sera como escuchar una música angelical y desear ser un ángel, volar y volar. Experimentareis estar en el cielo, estando en la tierra.
La ascensión es un proceso gradual de luz, es amor en movimiento constante y será más abundante de lo que imagináis. En lo que resta de vuestro tiempo lineal, las almas demandaran el reconocimiento del amor en todos los aspectos, que los seres humanos merecen vivir.
Las carencias se irán diluyendo, en la medida que aceptéis mirar vuestras limitaciones impuestas por una mente controladora, eso es solo ilusión aparente, lo real no se ve en el afuera, lo real se siente en el corazón.
Sera un movimiento de amor.
Al escuchar y leer estas palabras, os veo incomodos y perturbados, os acaso no habéis dado cuenta aun, que al ser mansos y humildes, en solo aceptar la luz y dejaros penetrar en ella, bañara y sanara para siempre vuestras imperfecciones.
Vuelvo a mi amado Nazareth, un lugar donde me enseño todo lo que debía lograr para mi ascensión. Os pido, imaginadme, soñando y soñando tan profundamente mi deseo de ser Madre, no maginaba que seria la Madre de Dios mismo, y luego la responsabilidad y la entrega diaria a mi divinidad, por momentos ni me daba cuenta que estaba sirviendo a una causa tan sublime, solo me importaba vivir en el amor junto a mi niño, a pesar, que conocía su calvario. El presente y el disfrute permanente, el si , el si, mi afirmación diaria, que se cumpla la voluntad mas elevada, la del Padre, me permitieron, llegar llena de luz, y como un sueño, que imagine por mucho tiempo, una noche soñé y me dormí, entre en un mundo de ensueño, era un dulce sueño, ascendí al Cielo, y mi cuerpo estaba vivo, no había muerto, pero ya no estaba en el mismo plano, la mano de mi amado Hijo se extendió y entendí que había llegado al cielo, los ángeles y arcángeles me esperaban me rodeaban, la felicidad inundaba mi ser, si, era un ser cristalino, la vida eterna, esa de la que tanto me hablaba Jesús, en sus platicas.
La Vida eterna, allí en tiempo se detiene por completo, Podéis permanecer horas infinitas en aquello que os agrada.
A mi me encantan las flores, ya lo sabéis, Amo las flores, son mis perlas que una a una, están representadas en el santo rosario.
Amados niños de mi corazón, llenad amor y más amor en vuestros corazones, la ascensión se trata de sentir, de vivir en plenitud con la mirada en un sueño amoroso para alcanzar la vida eterna. Os amo mis pequeños, y se acorta la distancia entre nosotros, ya pronto sentirán mis caricias y os estrechare entre mis brazos.
Yo soy María de Nazareth.
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