EL PLANETA Y TODOS LOS SERES ESTAMOS EN PROCESO DE ASCENSIÓN
Antonio Chaman
El planeta y todos los seres que en él viven están en proceso de ascensión. Este proceso comenzó hace miles de años y se ha acelerado mucho los últimos tiempos
La ascensión es básicamente un cambio de frecuencia y un cambio de foco de la conciencia.
Nuestro cuerpo físico, las emociones, los pensamientos y el espíritu, todo, está hecho de energía, combinándose de una manera tal, que nos convierte en un ser único, en todo el universo. Debido a que la energía que somos tiene una frecuencia, nosotros la podemos cambiar.
Eso es la ascensión. A medida que elevamos la frecuencia más baja de nuestro cuerpo físico, este se vuelve menos denso e incorpora gradualmente energía de frecuencias más elevadas. A medida que lo hace, veras cosas y pensaras cosas que no te eran posibles antes. Literalmente te convertirás en un ser de la quinta dimensión, operaras en la quinta dimensión y trabajaras con seres de la quinta dimensión. Las frecuencias más bajas, las del miedo y de la limitación, se derrumbarán y vivirás en un estado que denominarías de éxtasis, en unicidad con tu espíritu y con el espíritu de todos los demás. Eso es la ascensión.
Nuestro planeta y todas las especies de vida en él, estamos en el proceso de ascensión. Ascensión significa que todas las formas de vida de primera y segunda dimensión pasaran a formas de vida de tercera dimensión. Los humanos, o formas de vida tridimensionales nos graduaremos ya sea para el mundo de la cuarta dimensión, o, al de unidad de la quinta dimensión. Esto dependerá de nuestro nivel de evolución y de nuestra intención. La ascensión está ocurriendo ahora, paso a paso, y continuará de una u otra forma, ya que esa es la voluntad del Todo.
La ascensión no significa la existencia como espíritu en mundos celestiales: la ascensión es también física. El proceso cambia el cuerpo físico al unificar en un solo ser el cuerpo y el espíritu: Este ser es un ser perfecto de luz, en un cuerpo físico de luz.
Aquí se hace necesario incluir información sobre la evolución de nuestro Cuerpo de Luz. Primeramente, debemos entender este proceso a nivel personal. Este nivel se refiere a como el Cuerpo de Luz nos afectara física, emocional y mentalmente. Más tarde veremos sobre como afectara las estructuras de la sociedad.
El aspecto más importante y emocionante del Cuerpo de Luz es que este proceso de ascensión transforma nuestra envoltura física en un vehículo apropiado para unirse completamente con nuestro Ser Superior. Esta unión es creada por una serie de descensos del Espíritu, los cuales están programados de acuerdo a la cantidad de Luz que somos capaces de mantener en nuestras células lo cual ocasiona que a mayor cantidad de Luz en nuestro cuerpo físico, menor será la densidad del cuerpo.
Hacia el final del proceso de conformación de nuestro Cuerpo de Luz, justo antes de la ascensión, nos uniremos completamente con nuestro Ser Superior. A medida que el Espíritu desciende, todas las áreas del alma y del espíritu de nuestro Cuerpo de Luz se integran a nuestro físico y cuenta con un mecanismo especial en cada capa, para atraer hacia nosotros todas las experiencias humanas que nos restan para ayudarnos a progresar.
Cada nivel más alto del Cuerpo de Luz, ahonda aún mucho más en los temas humanos que la capa anterior. Esto es para ayudarnos a limpiarnos mental, emocional, física, y espiritualmente. A medida que los problemas aparecen, tenemos la elección de permitir que la redención de Cristo nos los transmute, o para auto limpiarnos.
Existe un espacio vacío al final de cada nivel del Cuerpo de Luz el cual llama “la muerte del ego”, y puede manifestarse como una depresión, o un sentimiento de vacío. Este espacio vacío debe ser usado como una parada de descanso antes de continuar con nuestro viaje. Este vacío es un lugar energético donde no existe nada, y donde podemos reconstruirnos sobre nuevas bases antes de movernos al próximo nivel. El vacío es una cámara de integración, donde podemos descansar y formar la hermosa mariposa que seremos en la próxima etapa.
Las primeras seis capas del Cuerpo de Luz fueron estructuradas para un cambio gradual en todos los niveles, con despertares espirituales regulares acompañados con los cambios físicos, mentales y emocionales. A partir del séptimo al décimo nivel del Cuerpo de Luz, el proceso cambia y se focaliza en un área de nuestra experiencia.
Por ejemplo, en el séptimo nivel la mayoría de nosotros experimentamos el primer descenso del espíritu, y un despertar espiritual muy notable. Con el despertar puede que hayamos manifestado clarividencia, clariaudiencia, o conciencia kinestesica de la energia. Estoy hablando de este nivel en pasado, puesto que en la actualidad el planeta está pasando al noveno nivel. El estar a un nivel vibratorio más bajo que el del planeta donde se está, es una experiencia muy dolorosa para aquellos que están bajo el octavo nivel.
Si estuviésemos en los niveles inferiores, no tendríamos interés por ejemplo, por leer sobre temas espirituales. El octavo nivel del Cuerpo de Luz produce cambios extremos en el cuerpo. Son muy comunes los síntomas similares a cuadros virales. Durante este nivel, podríamos manifestar, por ejemplo, resfríos recurrentes, dolores de cabeza (detrás de los ojos) debido a que los canales para la luz del nervio óptico se conectan, activándose la glándula pineal, dolor de oídos debido a que las estructuras de los oídos se conectan para decodificar las transmisiones de luz; o exceso de transpiración o diarrea a medida que las células de nuestro cuerpo pierden densidad.
Una razón para estos cambios es que estamos agregando una tercera banda a nuestro ADN. Para algunos, el cuerpo puede poner resistencia a la pérdida de densidad debido al descenso del espíritu, siendo un síntoma de esa resistencia el aumento de peso. Los cuerpos humanos tienen la tendencia a tratar de poner un freno al descenso, engordando para poder contener la masa espiritual que les está llegando. El ejercicio físico es la única forma de parar el aumento de peso una vez que este ha comenzado. La creación de musculo protegerá tu sistema nervioso pues las energías que llegan con cada descenso son mucho más fuertes a lo que tu sistema nervioso está acostumbrado. Los tejidos adiposos no pueden proteger el sistema nervioso como lo hacen los músculos. Los tejidos adiposos “freirán” estas energías a medida que llegan, dañando los receptores de insulina de las células lo cual desequilibra el metabolismo produciendo finalmente aumento de peso. La masa de músculos formada con el ejercicio tomara las energías sobrantes del sistema nervioso, convenciendo a la conciencia del cuerpo de que es lo suficiente grande para contener el espíritu.
También podemos empezar a ver en nuestra pantalla interior, flashes de colores, ecuaciones geométricas o escuchar un zumbido. Este es el comienzo de la traducción que te permitirá convertir los códigos de luz en comprensión cognitiva.
La Red de Conciencia Crítica alrededor del planeta transmite constantemente mensajes a las formas de vida encarnadas en el en un lenguaje de códigos lumínicos. Esta información debe ser decodificada o convertida en pensamiento consciente para que la podamos entender y usar en nuestra vida. Estos mensajes están diseñados para entregar instrucción y para explicar lo que está ocurriendo energéticamente en las frecuencias dimensionales más altas.
Si somos sensitivos, es posible que podamos escuchar un zumbido, si lo hacemos debemos comunicárselo a nuestros guías. Ellos están tratando de ayudarnos a recibir las transmisiones de códigos de luz, pero no pueden verificar si ya los hemos recibido a menos que se lo hagamos saber. Nuestros guías trataran de ayudarnos subiendo el volumen y la frecuencia del código de luz audible hasta que vean una respuesta nuestra. El código de luz como zumbido puede ser muy molesto e incluso, físicamente. Si estas experimentando este síntoma, pídele a tus guías que bajen el volumen y que calibren la energía para que no te irrite o debilite. Los cambios del octavo nivel pueden tomar hasta dos años en un humano. Ha tomado tres años para el planeta.
El noveno nivel es acerca de integrar en nuestra vida física los cambios espirituales desde el séptimo nivel y los cambios físicos del octavo nivel. En el noveno nivel, las relaciones son el foco, puesto que es a través de ellas ponemos a prueba los cambios que han ocurrido dentro de nosotros. Podremos sentir que cualquier relación basada en el control o manipulación se torna intolerable, por lo cual muchas relaciones terminan durante esta fase. También podremos sentir que nuestro trabajo en el mundo cambia a medida que integra nuestra nueva identidad.
El vacío del noveno Cuerpo de Luz puede ser muy doloroso, puesto que después de tanto focalizarse en relaciones, se requiere finalmente que estemos solos con nosotros mismos con nuestro Ser Interior, que es la relación más importante que tenemos. El noveno nivel termina (y algunas veces comienza) con masivos descensos, entregándonos aun a otra relación, repitiendo el proceso hasta que finalmente “aprobemos el examen” y nos liberemos.
Al Comienzo del décimo nivel la vida se siente nueva, y sentimos haber nacido nuevamente.
El décimo nivel es el comienzo del despertar espiritual que nos llevará a la maestría de las habilidades propias de los maestros y adeptos. Estas habilidades, de regalos del espíritu, se harán más fuertes a medida que nos despejamos energéticamente. En el décimo nivel, nos focalizaremos en manifestar estos regalos espirituales, para luego integrarlos en nuestra vida física diaria. Nuestro regalo espiritual más grande será el primero en manifestarse en el décimo nivel, y los regalos restantes se manifestaran después en forma gradual. Si somos clarividentes, por ejemplo, deberemos tomar decisiones de acuerdo a lo que percibimos como clarividentes, y no a través del físico. La clarividencia dominara literalmente nuestra vista física en el décimo nivel, si elegimos apoyar nuestras percepciones en el sentido físico de la vista y no en el espiritual, podríamos tropezar varias veces. Eventualmente, aprenderemos como procesar este tipo de visión.
El proceso de despejarse, se trata de liberarse de la energía bloqueada en el cuerpo emocional y mental, y reubicando esa energía en el cuerpo espiritual donde puede usarse, y a través de la cual se crean los milagros.
La única diferencia entre un avatar y el hombre ordinario es la ubicación de la energía dentro de los cuerpos de energía. Un hombre ordinario tiene toda su energía bloqueada en emociones y memorias guardadas en el cuerpo emocional, y en las creencias y pensamientos guardados en el cuerpo mental. El hombre ordinario tiene un cuerpo espiritual plano, debido a que no le queda energía debido a las demandas de las emociones y pensamientos. Un avatar tiene cuerpos emocionales y mentales despejados. Toda la energía dentro del cuerpo sutil de un avatar se guarda en el cuerpo espiritual. Para un maestro, la energía asociada con la emoción fluye al cuerpo emocional desde el cuerpo espiritual en el momento, y es liberada al cuerpo espiritual una vez que el estímulo emocional finaliza.
La energía asociada a un pensamiento fluye desde el cuerpo espiritual al cuerpo mental, y entonces es liberada al cuerpo espiritual una vez que el pensamiento es completado. Esto deja libre a la energía espiritual de un Avatar, para ser usada de acuerdo a su voluntad, dado que no es consumida por pensamientos, creencias, emociones y memorias. Esta es la estructura energética que todos nosotros debemos crear en nuestros cuerpos de energía durante los décimos y undécimos niveles del Cuerpo de Luz. Esto nos permitirá hacer milagros tales como manifestar el pensamiento en realidad física.
El undécimo nivel del Cuerpo de Luz es una progresión natural desde el décimo, y muchas veces esta transición es tan fácil, que ni se nota. Las habilidades espirituales continúan creciendo y el cuerpo físico empieza a cambiar en apariencia. Nuestro cuerpo físico se hace luminoso, y se ve muy hermoso. Tendremos amigos y conocidos que nos dirán que nos vemos más jóvenes, o incluso, que hemos cambiado de una forma que no se puede definir. El undécimo nivel trae niveles más profundos de procesamiento de nuestros problemas emocionales. En este nivel debemos enfrentarnos a todas nuestras creencias y formas de pensamiento sobre la muerte y la pérdida. Podemos crear desilusión, o incluso encontrarnos creando nuestros miedos más ocultos en nuestra vida física de tal forma que al experimentarlos, los podamos limpiar. Cualquier energía guardada en el cuerpo emocional o mental después de haber completado el décimo nivel, debe ser liberada al cuerpo espiritual en el undécimo nivel. Si no resuélvenos estos problemas en el décimo nivel, los manifestaremos en nuestra vida en el undécimo nivel. Pero, realmente no tenemos que temer a nada más que al miedo mismo cuando estemos en el undécimo nivel.
El duodécimo nivel del Cuerpo de Luz es la Ascensión. Está marcada con el movimiento del Merkabah al centro del corazón de nuestro cuerpo. La forma más fácil de definir el Merkabah, es como una bola dorada de Luz. Es nuestro vehículo de ascensión, y se produce una iniciación cuando se activa. Ese evento es el comienzo de nuestra ascensión personal al mundo de unidad de la quinta dimensión.
LA ascensión puede ocurrir a nivel individual, a nivel de grupo, o puede ocurrir como una experiencia colectiva. Ascenderemos cuando estemos listos, ya sea solos, o como parte de un grupo, o como parte de un cambio planetario a venir. En todo caso no existe un solo período para la ascensión. A nivel individual hay ascensiones ocurriendo cada día.
¡Prepárate para la tuya!
Un abrazo de Luz
El planeta y todos los seres que en él viven están en proceso de ascensión. Este proceso comenzó hace miles de años y se ha acelerado mucho los últimos tiempos
La ascensión es básicamente un cambio de frecuencia y un cambio de foco de la conciencia.
Nuestro cuerpo físico, las emociones, los pensamientos y el espíritu, todo, está hecho de energía, combinándose de una manera tal, que nos convierte en un ser único, en todo el universo. Debido a que la energía que somos tiene una frecuencia, nosotros la podemos cambiar.
Eso es la ascensión. A medida que elevamos la frecuencia más baja de nuestro cuerpo físico, este se vuelve menos denso e incorpora gradualmente energía de frecuencias más elevadas. A medida que lo hace, veras cosas y pensaras cosas que no te eran posibles antes. Literalmente te convertirás en un ser de la quinta dimensión, operaras en la quinta dimensión y trabajaras con seres de la quinta dimensión. Las frecuencias más bajas, las del miedo y de la limitación, se derrumbarán y vivirás en un estado que denominarías de éxtasis, en unicidad con tu espíritu y con el espíritu de todos los demás. Eso es la ascensión.
Nuestro planeta y todas las especies de vida en él, estamos en el proceso de ascensión. Ascensión significa que todas las formas de vida de primera y segunda dimensión pasaran a formas de vida de tercera dimensión. Los humanos, o formas de vida tridimensionales nos graduaremos ya sea para el mundo de la cuarta dimensión, o, al de unidad de la quinta dimensión. Esto dependerá de nuestro nivel de evolución y de nuestra intención. La ascensión está ocurriendo ahora, paso a paso, y continuará de una u otra forma, ya que esa es la voluntad del Todo.
La ascensión no significa la existencia como espíritu en mundos celestiales: la ascensión es también física. El proceso cambia el cuerpo físico al unificar en un solo ser el cuerpo y el espíritu: Este ser es un ser perfecto de luz, en un cuerpo físico de luz.
Aquí se hace necesario incluir información sobre la evolución de nuestro Cuerpo de Luz. Primeramente, debemos entender este proceso a nivel personal. Este nivel se refiere a como el Cuerpo de Luz nos afectara física, emocional y mentalmente. Más tarde veremos sobre como afectara las estructuras de la sociedad.
El aspecto más importante y emocionante del Cuerpo de Luz es que este proceso de ascensión transforma nuestra envoltura física en un vehículo apropiado para unirse completamente con nuestro Ser Superior. Esta unión es creada por una serie de descensos del Espíritu, los cuales están programados de acuerdo a la cantidad de Luz que somos capaces de mantener en nuestras células lo cual ocasiona que a mayor cantidad de Luz en nuestro cuerpo físico, menor será la densidad del cuerpo.
Hacia el final del proceso de conformación de nuestro Cuerpo de Luz, justo antes de la ascensión, nos uniremos completamente con nuestro Ser Superior. A medida que el Espíritu desciende, todas las áreas del alma y del espíritu de nuestro Cuerpo de Luz se integran a nuestro físico y cuenta con un mecanismo especial en cada capa, para atraer hacia nosotros todas las experiencias humanas que nos restan para ayudarnos a progresar.
Cada nivel más alto del Cuerpo de Luz, ahonda aún mucho más en los temas humanos que la capa anterior. Esto es para ayudarnos a limpiarnos mental, emocional, física, y espiritualmente. A medida que los problemas aparecen, tenemos la elección de permitir que la redención de Cristo nos los transmute, o para auto limpiarnos.
Existe un espacio vacío al final de cada nivel del Cuerpo de Luz el cual llama “la muerte del ego”, y puede manifestarse como una depresión, o un sentimiento de vacío. Este espacio vacío debe ser usado como una parada de descanso antes de continuar con nuestro viaje. Este vacío es un lugar energético donde no existe nada, y donde podemos reconstruirnos sobre nuevas bases antes de movernos al próximo nivel. El vacío es una cámara de integración, donde podemos descansar y formar la hermosa mariposa que seremos en la próxima etapa.
Las primeras seis capas del Cuerpo de Luz fueron estructuradas para un cambio gradual en todos los niveles, con despertares espirituales regulares acompañados con los cambios físicos, mentales y emocionales. A partir del séptimo al décimo nivel del Cuerpo de Luz, el proceso cambia y se focaliza en un área de nuestra experiencia.
Por ejemplo, en el séptimo nivel la mayoría de nosotros experimentamos el primer descenso del espíritu, y un despertar espiritual muy notable. Con el despertar puede que hayamos manifestado clarividencia, clariaudiencia, o conciencia kinestesica de la energia. Estoy hablando de este nivel en pasado, puesto que en la actualidad el planeta está pasando al noveno nivel. El estar a un nivel vibratorio más bajo que el del planeta donde se está, es una experiencia muy dolorosa para aquellos que están bajo el octavo nivel.
Si estuviésemos en los niveles inferiores, no tendríamos interés por ejemplo, por leer sobre temas espirituales. El octavo nivel del Cuerpo de Luz produce cambios extremos en el cuerpo. Son muy comunes los síntomas similares a cuadros virales. Durante este nivel, podríamos manifestar, por ejemplo, resfríos recurrentes, dolores de cabeza (detrás de los ojos) debido a que los canales para la luz del nervio óptico se conectan, activándose la glándula pineal, dolor de oídos debido a que las estructuras de los oídos se conectan para decodificar las transmisiones de luz; o exceso de transpiración o diarrea a medida que las células de nuestro cuerpo pierden densidad.
Una razón para estos cambios es que estamos agregando una tercera banda a nuestro ADN. Para algunos, el cuerpo puede poner resistencia a la pérdida de densidad debido al descenso del espíritu, siendo un síntoma de esa resistencia el aumento de peso. Los cuerpos humanos tienen la tendencia a tratar de poner un freno al descenso, engordando para poder contener la masa espiritual que les está llegando. El ejercicio físico es la única forma de parar el aumento de peso una vez que este ha comenzado. La creación de musculo protegerá tu sistema nervioso pues las energías que llegan con cada descenso son mucho más fuertes a lo que tu sistema nervioso está acostumbrado. Los tejidos adiposos no pueden proteger el sistema nervioso como lo hacen los músculos. Los tejidos adiposos “freirán” estas energías a medida que llegan, dañando los receptores de insulina de las células lo cual desequilibra el metabolismo produciendo finalmente aumento de peso. La masa de músculos formada con el ejercicio tomara las energías sobrantes del sistema nervioso, convenciendo a la conciencia del cuerpo de que es lo suficiente grande para contener el espíritu.
También podemos empezar a ver en nuestra pantalla interior, flashes de colores, ecuaciones geométricas o escuchar un zumbido. Este es el comienzo de la traducción que te permitirá convertir los códigos de luz en comprensión cognitiva.
La Red de Conciencia Crítica alrededor del planeta transmite constantemente mensajes a las formas de vida encarnadas en el en un lenguaje de códigos lumínicos. Esta información debe ser decodificada o convertida en pensamiento consciente para que la podamos entender y usar en nuestra vida. Estos mensajes están diseñados para entregar instrucción y para explicar lo que está ocurriendo energéticamente en las frecuencias dimensionales más altas.
Si somos sensitivos, es posible que podamos escuchar un zumbido, si lo hacemos debemos comunicárselo a nuestros guías. Ellos están tratando de ayudarnos a recibir las transmisiones de códigos de luz, pero no pueden verificar si ya los hemos recibido a menos que se lo hagamos saber. Nuestros guías trataran de ayudarnos subiendo el volumen y la frecuencia del código de luz audible hasta que vean una respuesta nuestra. El código de luz como zumbido puede ser muy molesto e incluso, físicamente. Si estas experimentando este síntoma, pídele a tus guías que bajen el volumen y que calibren la energía para que no te irrite o debilite. Los cambios del octavo nivel pueden tomar hasta dos años en un humano. Ha tomado tres años para el planeta.
El noveno nivel es acerca de integrar en nuestra vida física los cambios espirituales desde el séptimo nivel y los cambios físicos del octavo nivel. En el noveno nivel, las relaciones son el foco, puesto que es a través de ellas ponemos a prueba los cambios que han ocurrido dentro de nosotros. Podremos sentir que cualquier relación basada en el control o manipulación se torna intolerable, por lo cual muchas relaciones terminan durante esta fase. También podremos sentir que nuestro trabajo en el mundo cambia a medida que integra nuestra nueva identidad.
El vacío del noveno Cuerpo de Luz puede ser muy doloroso, puesto que después de tanto focalizarse en relaciones, se requiere finalmente que estemos solos con nosotros mismos con nuestro Ser Interior, que es la relación más importante que tenemos. El noveno nivel termina (y algunas veces comienza) con masivos descensos, entregándonos aun a otra relación, repitiendo el proceso hasta que finalmente “aprobemos el examen” y nos liberemos.
Al Comienzo del décimo nivel la vida se siente nueva, y sentimos haber nacido nuevamente.
El décimo nivel es el comienzo del despertar espiritual que nos llevará a la maestría de las habilidades propias de los maestros y adeptos. Estas habilidades, de regalos del espíritu, se harán más fuertes a medida que nos despejamos energéticamente. En el décimo nivel, nos focalizaremos en manifestar estos regalos espirituales, para luego integrarlos en nuestra vida física diaria. Nuestro regalo espiritual más grande será el primero en manifestarse en el décimo nivel, y los regalos restantes se manifestaran después en forma gradual. Si somos clarividentes, por ejemplo, deberemos tomar decisiones de acuerdo a lo que percibimos como clarividentes, y no a través del físico. La clarividencia dominara literalmente nuestra vista física en el décimo nivel, si elegimos apoyar nuestras percepciones en el sentido físico de la vista y no en el espiritual, podríamos tropezar varias veces. Eventualmente, aprenderemos como procesar este tipo de visión.
El proceso de despejarse, se trata de liberarse de la energía bloqueada en el cuerpo emocional y mental, y reubicando esa energía en el cuerpo espiritual donde puede usarse, y a través de la cual se crean los milagros.
La única diferencia entre un avatar y el hombre ordinario es la ubicación de la energía dentro de los cuerpos de energía. Un hombre ordinario tiene toda su energía bloqueada en emociones y memorias guardadas en el cuerpo emocional, y en las creencias y pensamientos guardados en el cuerpo mental. El hombre ordinario tiene un cuerpo espiritual plano, debido a que no le queda energía debido a las demandas de las emociones y pensamientos. Un avatar tiene cuerpos emocionales y mentales despejados. Toda la energía dentro del cuerpo sutil de un avatar se guarda en el cuerpo espiritual. Para un maestro, la energía asociada con la emoción fluye al cuerpo emocional desde el cuerpo espiritual en el momento, y es liberada al cuerpo espiritual una vez que el estímulo emocional finaliza.
La energía asociada a un pensamiento fluye desde el cuerpo espiritual al cuerpo mental, y entonces es liberada al cuerpo espiritual una vez que el pensamiento es completado. Esto deja libre a la energía espiritual de un Avatar, para ser usada de acuerdo a su voluntad, dado que no es consumida por pensamientos, creencias, emociones y memorias. Esta es la estructura energética que todos nosotros debemos crear en nuestros cuerpos de energía durante los décimos y undécimos niveles del Cuerpo de Luz. Esto nos permitirá hacer milagros tales como manifestar el pensamiento en realidad física.
El undécimo nivel del Cuerpo de Luz es una progresión natural desde el décimo, y muchas veces esta transición es tan fácil, que ni se nota. Las habilidades espirituales continúan creciendo y el cuerpo físico empieza a cambiar en apariencia. Nuestro cuerpo físico se hace luminoso, y se ve muy hermoso. Tendremos amigos y conocidos que nos dirán que nos vemos más jóvenes, o incluso, que hemos cambiado de una forma que no se puede definir. El undécimo nivel trae niveles más profundos de procesamiento de nuestros problemas emocionales. En este nivel debemos enfrentarnos a todas nuestras creencias y formas de pensamiento sobre la muerte y la pérdida. Podemos crear desilusión, o incluso encontrarnos creando nuestros miedos más ocultos en nuestra vida física de tal forma que al experimentarlos, los podamos limpiar. Cualquier energía guardada en el cuerpo emocional o mental después de haber completado el décimo nivel, debe ser liberada al cuerpo espiritual en el undécimo nivel. Si no resuélvenos estos problemas en el décimo nivel, los manifestaremos en nuestra vida en el undécimo nivel. Pero, realmente no tenemos que temer a nada más que al miedo mismo cuando estemos en el undécimo nivel.
El duodécimo nivel del Cuerpo de Luz es la Ascensión. Está marcada con el movimiento del Merkabah al centro del corazón de nuestro cuerpo. La forma más fácil de definir el Merkabah, es como una bola dorada de Luz. Es nuestro vehículo de ascensión, y se produce una iniciación cuando se activa. Ese evento es el comienzo de nuestra ascensión personal al mundo de unidad de la quinta dimensión.
LA ascensión puede ocurrir a nivel individual, a nivel de grupo, o puede ocurrir como una experiencia colectiva. Ascenderemos cuando estemos listos, ya sea solos, o como parte de un grupo, o como parte de un cambio planetario a venir. En todo caso no existe un solo período para la ascensión. A nivel individual hay ascensiones ocurriendo cada día.
¡Prepárate para la tuya!
Un abrazo de Luz
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