Acercandonos
Conscientemente
a
la Conciencia Vibratoria
Por Michael Brown
Por Michael Brown
Es recomendable que iniciemos y terminemos cada día con esta
práctica, ejerciéndola como un medio práctico para alinearnos conscientemente
con el punto causal de la vida: la corriente vibratoria fluyendo a través de
nosotros y de todas las manifestaciones que llamamos
“creación”.
La tecnología vibratoria que se ofrece aquí no es ni religiosa ni
espiritual, es simplemente un mecanismo perceptual, que honra la manera en la
que fluye al exterior la experiencia humana desde su fuente unificada. A través
de su aplicación, entrenamos nuestras capacidades para trabajar conscientemente
con el flujo natural de nuestra conciencia, conforme se mueve hacia fuera al
mundo y de vuelta hacia nuestro punto causal
final.
Aplicar diariamente esta práctica es un medio simple, eficiente y
fluido para permanecer anclados dentro de todas nuestras actividades internas y
externas.
Cuando se aplica consistentemente, las consecuencias de ejercer
esta tecnología perceptual son auto-evidentes, como cambios perceptuales
notables dentro de nuestra experiencia diaria y la facilidad con la que
recibimos lo que requerimos para nuestra
evolución.
Aunque esta tecnología es vulnerable para detonar experiencias
internas – el énfasis para aplicarla diariamente no es “tener una experiencia
interna”. En su lugar, la intención es mejorar nuestro nivel de consciencia
causal dentro de todos nuestros encuentros, internos y
externos.
PASO
UNO:
Siéntate cómodamente, con las piernas cruzadas o en una silla, con
tu espalda recta pero relajada. Asegúrate de no tener
frío.
Mantén tus ojos cerrados durante toda la
práctica.
Conecta tu respiración durante 15 minutos. [Como para el Proceso
de la Presencia, esto significa inhalar y exhalar sin ninguna pausa larga entre
respiraciones. Hay una demostración de esta práctica de respiración en la página
de AUDIO de este sitio Web.]
Respira lo suficientemente intenso como para que seas capaz de
escuchar claramente tu propia
respiración.
De preferencia inhala y exhala solo a través de la nariz, pero si
la nariz está bloqueada, inhala y exhala solo a través de la
boca.
En sincronía con tu respiración, repite mentalmente la expresión:
“YO ESTOY AQUÍ AHORA EN ESTO”. YO [durante la inhalación] ESTOY [durante la
exhalación] AQUÍ [durante la inhalación] AHORA [durante la exhalación] EN
[durante la inhalación], ESTO [durante la
exhalación].
YO ESTOY [Representa nuestro estado de ser, y la Presencia del YO
SOY.]
AQUÍ [Nuestro centrado
espacial.]
AHORA [En donde estamos anclando nuestra conciencia dentro de esta
cronología.]
EN ESTO [Abrazar nuestra experiencia actual como es – pero de
forma impersonal.]
PASO
DOS:
Después de 15 minutos, inhala tan profundo como sea posible a
través de tu boca, llenando tus pulmones a su máxima capacidad, después sostén
esta respiración hasta la cuenta de 20 [o menos si es demasiado para
ti].
Libera la respiración a través de tu boca.
Repite esta inhalación, sostén, y cuenta hasta 20, seguido por una
suave exhalación, 3 veces.
PASO
TRES:
Ahora retira tu atención de tu respiración y permite que descanse
en el punto en donde reside tu conciencia cuando estás “presente con tus ojos
cerrados”. Este punto interno, ligeramente sobre y entre tus ojos físicos, es tu
centro del ojo.
Mientras descansas dentro de tu centro del ojo, repite mentalmente
“YO ESTOY AQUÍ AHORA EN ESTO”, durante 10
minutos.
Cada vez que te des cuenta de que tu atención está divagando de
esta repetición deliberada, en otros paquetes de pensamiento externos generados
inconscientemente, suavemente llévala de vuelta y continúa la repetición
deliberada.
Vuélvete consciente de los dos lugres distintos en los que tu
conciencia es capaz de residir durante esta práctica: Presente en una repetición
mental delibrada en tu centro del ojo, y divagando inconscientemente lejos de tu
centro del ojo dentro del estado de sueño que llamamos “pensamiento” [sobre el
pasado y el futuro].
No te preocupes por este divagar inconsciente, simplemente
obsérvalo. Permanece con él sin
condición.
PASO
CUATRO:
Cesa la repetición
mental.
Usando la percepción sensitiva, hazte consciente de ti como un
campo de energía vibrando
delicadamente.
Siéntate con esta experiencia sensitiva durante unos
momentos.
PASO
CINCO:
Detén la repetición mental y el sentimiento de todo tu campo
vibratorio y enfócate solamente en
escuchar.
Primero escucha durante unos momentos cualquier sonido que oigas
en el mundo a tu alrededor. Escúchalos sin condición. Escúchalos como si los
“recibieras” audiblemente, como si ahora fueras “un receptor” de estas
vibraciones de audio. Permítete percibir todos estos sonidos externos, sin
importar lo que sean, como si fueran emitidos por el punto causal unificado de
todo lo que es. Como si todos estos sonidos externos acumulados conformaran “la
conversación de Dios”.
Ahora delicadamente retira tu conciencia de estos sonidos
externos, y permítete una vez más descansar dentro de tu punto de presencia
interna – en el centro del ojo. Esta vez, escucha solo sonidos que provengan de
tu interior. Lo que sea que escuches es válido. Si no escuchas nada, escucha la
nada.
Conforme escuchas estos sonidos internos – o la nada interna –
asegúrate de que tu atención permanezca anclada en el centro del
ojo.
Cada vez que te hagas consciente de que tu atención se ha desviado
de escuchar deliberadamente el centro del ojo, para seguir paquetes de
pensamiento generados inconscientemente o sonidos externos, gentilmente llévala
de regreso y continúa escuchando
deliberadamente.
Sé consciente de los dos lugares distintos en los que eres capaz
de residir durante esta parte de la práctica: Presente en una escucha deliberada
en tu centro del ojo – y divagando inconscientemente lejos de tu centro del ojo
en el estado de sueño llamado “pensamiento” [sobre el pasado y el
futuro.]
No te preocupes por este divagar inconsciente, simplemente
obsérvalo. Permanece con él sin
condición.
Escucha internamente durante 5 minutos – o más si lo
deseas.
Este estado de “escuchar”, o “ser un receptor”, es una
contemplación vibratoria. Escuchar es la forma en la que el corazón siente
inicialmente lo vibratorio.
Una vez que escuchamos cualquier sonido interno – o la nada
interna – estamos ahora en la puerta hacia nuestro portal interno de conciencia
vibratoria. Lo que sea que ocurra más allá de este punto, es para que lo
conservemos como un tesoro para nuestra riqueza interna y nuestro bienestar
externo.
La eficiencia de esta práctica no tiene que ver con lo que
escuchemos internamente, sino en nuestra capacidad para permanecer “en un estado
de escucha”. Este “estado de escucha” – de “ser un receptor” conscientemente,
empodera que nos volvamos vulnerables a “recibir conscientemente todo lo que
requerimos para nuestros encuentros diarios, directamente desde nuestra fuente
unificada”. Conforme evoluciona su capacidad para escuchar, también lo hace
nuestra capacidad para recibir.
Esta práctica vibratoria no tiene que ver con perfección – se
refiere a participación plena en nuestra experiencia humana desde un “punto
causal de ti”. No lo intentes. Relájate en ella y disfruta la consecuencia
inevitable. La facilidad proviene de la facilidad.
Michael
Brown
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