SAÚL: Dios no llama a la gente a rendir cuentas. John Smallman. 04-07-2012. ¡Compartir!!!
Traducción: Gloria Mühlebach
El momento para el despertar de la humanidad a su estado natural de plena conciencia se acerca cada vez más. Su impaciencia para aguardar este excitante evento es muy comprensible porque les parece que han estado esperando en excitada expectación durante demasiado tiempo. Su infatigable paciencia será recompensada muy pronto con un gozo y felicidad mucho más allá de sus sueños más locos porque se hizo una promesa divina y será honrada en plenitud.
Continúen sosteniendo la Luz y compártanla amorosamente con todos aquellos con quienes interactúan; ésa es su labor, su propósito, su senda, y su razón de estar encarnados en este punto de su evolución humana. Ustedes tienen toda la asistencia que necesitan para mantener su fe en la promesa de Dios, y a medida que se acerca este excitante evento, sus dudas y ansiedades son solamente el efecto irreal que la ilusión está teniendo en ustedes.
{La ilusión] fue forjada para permitir que aquellos dentro de ella se escondieran de Dios, y uno de los métodos para hacer esto fue el causar caos y confusión, al tiempo que ofrecía aparentemente una manera de encontrar a Dios a través de una variedad de creencias religiosas y dogmas que han proliferado durante el transcurso de eones de tiempo. Muchas de las enseñanzas religiosas disponibles ofrecen en su seno unas ideas y conceptos muy buenos, pero han sido frecuentemente malinterpretados, y esas malinterpretaciones fueron luego aplicadas como leyes por maestros dogmáticos equivocados.
El eterno mensaje de su divino Padre es: “Ámense unos a otros como Yo los Amo.” Es verdaderamente así de simple. Su Amor por ustedes es infinito, y sin embargo hay tantos de ustedes que tienen una increíble dificultad con esa divina verdad.
Siempre y cuando juzguen y condenen a otros, ustedes permanecerán confundidos e incapaces de encontrar la paz; y si tienen tendencias religiosas o espirituales probablemente buscarán un dios de retribución para apoyar el enojo que ustedes sienten hacia otros. El juzgar/criticar y condenar demanda víctimas, demanda culpables, y en ese severo juego nadie es inocente, así que la paz no se puede obtener. Mientras ustedes honren su propia necesidad de tener la razón, lo cual demanda encontrar a otros estando equivocados, no encontrarán paz porque están constantemente en un estado de insatisfacción, al tiempo que esos otros continúan viviendo y prosperando a pesar de sus aparentes delitos. Y eso los alienta a actuar para llamarlos a rendir cuentas.
Ustedes pudieran haber notado que Dios no llama a la gente a rendir cuentas. El los creó a todos como perfectos seres divinos y así es como El los ve siempre. El juzgar y criticar no es de Dios, como tampoco lo es la ilusión. Pero con el transcurso de eones de tiempo la ilusión se ha vuelto crecientemente más real para ustedes y les ha traído siempre más sufrimiento. Ahora es tiempo de que liberen finalmente su adicción a ella y la dejen ir, junto con todo el dolor, la confusión y el sufrimiento causados por ella. Su historia muestra de manera bastante clara que es un estado de confusión en el cual predominan los desacuerdos y conflictos, y donde la paz es un concepto largamente buscado pero inalcanzable.
Cuando despierten, como lo harán con toda certeza, la paz, la satisfacción, la aceptación de uno mismo y el darse cuenta de su verdadera naturaleza como seres divinos los llevará a un estado de gozo que actualmente está más allá de su comprensión de concebir o contemplar. Pero, como es su estado natural, lo van a reconocer instantáneamente como la Realidad, su verdadero Hogar, a medida que experimentan de nuevo la Unidad con Dios y con toda Su Divina Creación. El gozo que los aguarda los deslumbrará con lo ilimitado de su eterna brillantez.
Su gozo es el gozo y la Voluntad de Dios, y Su Voluntad es constante, eterna, e inevitable. Ustedes pueden retrasar su entrada a ese estado rehusando abrirse a sí mismos para aceptar la abundancia de Su Amor, y aferrándose a la necesidad de ver a quienes los han herido u ofendido para ser llamados a rendir cuentas.
Lo que necesitan entender es que la mayor parte de su sufrimiento es causado por sus sentimientos de que han sido tratados injustamente, y por su imaginada necesidad de ser recompensados. Todos los que son humanos han sufrido debido a que aparentemente están solos — seres insignificantes, en un vasto y poco hospitalario universo que ni los necesita ni los valora. El dolor de ello es demasiado grande para poderlo soportar, por lo que es negado y enterrado profundamente dentro de los reinos inconscientes de su mente.
Sin embargo, su presencia permanece como una oscuridad eclipsando sus vidas, y parece ser frecuentemente que la única manera de aliviarla es el hacer sufrir a otros. Cualquiera que traiga o imponga sufrimiento a otros, sufre él mismo/ella misma, y mediante sus acciones intensifica su propio sufrimiento. Es un círculo vicioso, mientras más haga uno sufrir a otros, más grande es su sufrimiento.
El perdón — el verdadero perdón — es el único remedio para el sufrimiento. Si uno no perdona retiene el sentimiento de injusticia sentido y lo intensifica. Como muchos han encontrado cuando buscaron y recibieron la recompensa, el sentido de injusticia no se disuelve; de hecho se encona e intensifica, y la recompensa recibida es crecientemente vista como siendo inadecuada.
Solamente perdonando como si no se hubiera cometido una injusticia contra ustedes podrá aliviarlos del dolor que sienten. Dentro de su ambiente ilusorio eso aparenta no tener sentido, y sin embargo quienes lo han hecho se sienten poderosamente aliviados y son capaces de encontrar paz, pues el estrés de mantener su motivo de queja se disuelve.
Así que continúen con sus preparaciones para despertar perdonando a todos los que los hayan ofendido alguna vez, y liberando todas las actitudes poco amorosas que la ilusión los ha alentado a nutrir. Haciendo esto les traerá la paz y se darán cuenta de que ustedes son eternamente amados por su Padre Celestial, con lo cual el abrir su corazón para aceptar Su Amor se vuelve obvio, inevitable, y la única elección posible que puedan tomar.
Con muchísimo amor, Saúl.
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