Matrimonio Místico con El Cristo. Gema Galgani. Bodas Celestiales. 10-04-2012. Con Audio. ¡Compartir!!!!
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milan
Audio:
GEMMA GALGANI
10 abril 2012
Yo soy GEMMA GALGANI. Hermanos y Hermanas en humanidad, os presento la Gracia y el Amor. Vengo como Estrella UNIDAD, para dialogar e intentar desarrollar con vosotros (más allá de algunas palabras) lo que puede representar, traducir y manifestar, lo que se llama el Matrimonio místico o si no, Unión Mystica. Este Matrimonio místico puede ocurrir y ocurre, tanto por la acción del Manto Azul de la Gracia, como independientemente. El Matrimonio místico va a contribuir a su manera, a establecer y a haceros vivir el Absoluto. Representa en cualquier caso, en esta Tierra, en este cuerpo que vivís, una forma de transcendencia final de esta carne (de este cuerpo), un Reencuentro íntimo, con vosotros mismos, con el otro, con CRISTO. El Matrimonio místico va a reforzar de alguna forma, e ilustrar, el principio mismo de la Fusión y la Disolución en la Luz y en CRISTO. El Matrimonio místico es un Reencuentro. Un Reencuentro que marca a hierro candente, la Conciencia y este cuerpo que desemboca así, en la vivencia del Absoluto y que sobre todo, marca lo que Sois, en Verdad, con el Sello de la Eternidad, donde la vuelta atrás nunca jamás es posible, ni siquiera es contemplada.
El Matrimonio místico va a terminar, de alguna forma, en un paso último entre la Dualidad y la Unidad, pero no solamente. Esto es lo que nosotros podemos llamar también, las Últimas Bodas, el Último Reencuentro, el que os hace salir (una vez más, de manera irreversible), de la Ilusión y de la separación. No solamente por la Luz y la Unidad, sino más bien como un Matrimonio (una Unión íntima, intensa) con el CRISTO o con vuestro Doble. Cualquiera que sea el nombre que podáis darle (según vuestra vivencia del momento), cualquiera que sea el nombre que podáis dar, a lo que parece ser exterior a vosotros y que viene a invitaros a fundiros en su Verdad. Que el nombre que utilicéis sea el de CRISTO, o el de cualquier otra Conciencia que viva o haya vivido este proceso del Matrimonio místico (al mismo tiempo que vosotros o en otros tiempos), viene a haceros transcender la persona que creíais ser, hasta este momento. Viene a quebrar los últimos límites de la vida y de la encarnación, tal como se vivía (incluso dentro de la Luz).
Las circunstancias de ese Matrimonio (con cualquiera que se produzca, cualquiera que sea esta conciencia) se desenvuelven siempre con ciertas similitudes. El Doble (y es el nombre que yo emplearé) se acercará. Se va a aproximar (si no lo ha hecho ya) de forma totalmente imprevista, sin ningún deseo, en un momento que no depende de vosotros, que no depende de una meditación o de un estado particular. Pero frecuentemente coincidirá con un momento en que la Onda de Vida o el Éxtasis, parece maravillaros y llevaros más allá de donde estáis, a otra parte que en este cuerpo. Y sin embargo, vosotros sois plenamente. Por supuesto, existe también una puerta de entrada del Doble, en este cuerpo. Y muy a menudo, esta puerta de entrada está situada en la espalda. Por supuesto, todo lo que llega por detrás puede crear un elemento de sorpresa porque, efectivamente, lo que llega se concibe como exterior, como lo que no forma parte de vuestra experiencia, de vuestra vivencia, de vuestros hábitos. Hay efectivamente, una Presencia que está detrás de vosotros, es lo más frecuente (a veces delante de vosotros), y que os invita (más allá de las palabras) a hacerse ella, a olvidaros de vosotros, totalmente. Ciertamente esto va a provocar, a veces, dudas y preguntas. Esas dudas y esas preguntas pueden traducirse por un miedo de perderse, un miedo de aniquilarse. Pero la mordedura del Amor es intensa, en ese momento, porque el Corazón vive no solamente un abrazo en el Fuego, no solamente un calor, no solamente una Vibración, sino más bien un temblor de todo el pecho, un temblor intenso, en el que participan las células, en el que todo el pecho parece estremecerse.
Así que, según vuestras anteriores experiencias y según a lo que os afiliéis, ese Doble os va a pedir, si queréis Desposarle. Pero esta demanda es mucho más que una petición en matrimonio, tal como se puede imaginar eventualmente en la Tierra. El temblor intenso del pecho, puede manifestarse también en el espalda (en las zonas que están situadas a una parte y otra de la Puerta KI-RIS-TI). A menudo, existe la percepción de una transfixión del Corazón (produciéndose de adelante hacia atrás o de atrás hacia adelante). A menudo, se ven Seres de Fuego, en visión Interior o en Visión Etérica. Esos Seres de Fuego parecen portadores de una espada de Fuego. Ciertamente, según la experiencia de cada uno, esto puede ser asimilado al Ángel MIGUEL y su espada, al CRISTO, o los Seres Elementales de Fuego (los Agni Deva, por ejemplo) que vienen a tomar posesión, totalmente de vuestro Corazón. En ese momento, existen dos mecanismos: un mecanismo de tensión hacia esto (un poco como mi Hermana Hildegard os ha hablado, hace algún tiempo, esta tensión hacia el Abandono) y al mismo tiempo, nace en alguna parte, en esta Conciencia, un miedo, el miedo de perderse y al mismo tiempo el deseo de perderse, el sentimiento de no existir más que a través del Otro, de no ser más, de no ser nada, enfrentándose al Vacío, a esta Disolución. Y por lo tanto, no hay ninguna duda sobre la Intención de ese Doble. No hay ninguna duda sobre la Pureza. No hay ninguna duda sobre el Amor que está vehiculado por ese Doble. Y esta Presencia parece crecer todavía más, tomar todo el espacio de vuestro Corazón, todo el espacio de vuestra espalda, tomar toda vuestra carne, esa que puede entonces, estar agitada por los mismos temblores, mucho más allá de la Onda de Vida, mucho más allá de una energía (sea la que sea). La carne es realmente Desposada y transformada, de manera íntima, en este momento. Esto se vive, esto se percibe, realmente. Todo el cuerpo está recorrido por estremecimientos, por Vibraciones, por temblores. Por supuesto no cabe ninguna duda sobre la Intención de lo que pasa.
Pero existe ciertamente (de manera natural, yo diría), en este cuerpo en el que estáis, el miedo de perderse, el miedo de vuestra propia desaparición y de vuestra propia consumición. Ocurre frecuentemente, en ese momento, que la conciencia parece separarse del propio cuerpo, justamente. Pero también de separarse de este instante, para dejaros ver todos los instantes pasados de vuestra vida (que necesitáis abandonar y al que os hace falta renunciar). Hay como un paso en revisión de todo lo que constituía lo que erais antes. Sabéis que hay algo que se juega, que es irreversible y fundamental. Ese Doble puede tomar también la apariencia, si puedo decirlo, de un Hermano o de una Hermana (conocido(a) o desconocido(a) que vive el mismo proceso. De hecho, que se presente a vosotros bajo forma de CRISTO, de Buda, de un Hermano conocido o desconocido, de una Hermana conocida o desconocida, no cambia en nada al proceso, porque íntimamente sabéis que sois vosotros los que vivís esto, sabéis que hay una fase que se desarrolla ahí. El miedo del Vacío, el miedo de la Disolución va a tomar todo el espacio, al mismo tiempo que un Amor Indecible os llena y os colma. Colma de tal forma que da una impresión de ser demasiado o de ser tanto, que este cuerpo y esta conciencia no puede contener y no puede bastar para contener, porque nada sobre esta Tierra puede parecerse, ni de cerca ni de lejos, a lo que se vive. Es en ese momento cuando el Éxtasis encuentra un sentimiento de sufrimiento extremo, se ahoga en el Éxtasis, como una ola. Esta ola que arrastra todo a su paso, que devasta todo lo que creíais ser hasta el presente. Cada respiración en conjunto, puede durar una Eternidad.
Entonces, el Matrimonio místico puede consumirse o no, puede refluir y volver en otros momentos. Hasta el momento en que vuestro sí, se haga un sí potente, sin ninguna suposición que convertirse en el Otro, sin ninguna voluntad de separación de lo que sea. Si esto se produce (gracias a la Onda de Vida), existe una percepción de la Onda de Vida en la que estáis a punto de volveros (si no se ha hecho ya), al mismo tiempo, una Presencia. Os parece fusionar con el Universo entero, con el total de los humanos, el total de las conciencias que existen por todas partes. Os ahogáis literalmente, en cada Conciencia. El tiempo se para o se diluye al extremo: no hay más espacio, no hay más vosotros, solo hay eso, ese Todo, lo que es tan vasto, tan inmenso, que parece totalmente imposible de contener en el espacio y los límites de la carne de este cuerpo. Cuanto más vais hacia ese sí, más el espacio del pecho, más allá de la Vibración, entra en temblor, en estremecimiento: no sabéis ya distanciar y separar cualquier Éxtasis de cualquier sufrimiento, el cuerpo y la conciencia pierden sus referencias y todo sentido de una identificación a lo que sea. Podéis así, ir y venir de vosotros mismos, en Éxtasis, a ese Vacío, ese Absoluto que parece de alguna forma, imposible. Pero la llamada del Amor, del Doble, es mucho más fuerte que lo que se pueda considerar o imaginar.
El sentimiento de Transfixión puede ser también mayor en ese momento, revelando por encima de esto, la inminencia de una muerte, la inminencia de una desaparición. Y en ese momento, otras percepciones pueden tomar su lugar en este cuerpo, poniendo en movimiento tanto los órganos más íntimos, como las extremidades (sea la cabeza, las manos, los pies). Un vértigo parece atraparos ante la inmensidad de lo que aparece. Hay al mismo tiempo, este Éxtasis, este Gozo que reúne de alguna forma, la muerte y la desaparición. Es el momento en que ese sentimiento, esa percepción de estar totalmente pleno o completo, puede fusionar con el sentimiento de ser una concha vacía donde no habita nada. Vosotros unís los dos extremos. La gama de percepciones ahoga completamente la conciencia.
Y en un momento dado, ceden las barreras: no hay más barreras, no hay más obstáculos, porque nada de lo que sois puede razonablemente, oponerse a lo que penetra, a lo que os toma y que de hecho, os lleva a la Verdad. Que esto se desarrolle en este cuerpo, en este momento, o que haya como una suerte de expulsión de la conciencia de este cuerpo (que se encuentra en la Luz, en el Sol o en otro mundo o en las percepciones vinculadas a los Elementos, es decir ser el Fuego, ser el Agua, ser el Aire o ser la Tierra), poco importa, porque en ese momento, sabéis que el sí se ha pronunciado. Todo lo que era el pasado (que habíais podido ver) desaparece. No hay más pasado. No hay ya más preguntas sobre cualquier futuro. No sabéis más por cierto, lo que es el pasado, lo que es el futuro. Vosotros estáis simplemente en esta Unión, en ese embelesamiento. No sabéis ya en ese momento, si sois vosotros mismos que estáis muerto, o si sois el Otro que ha nacido en vosotros. No puede existir la más mínima distancia. No puede ya existir la mínima separación, la mínima división. Entonces, la ola y el temblor parecen transformarse, serenarse y ser reemplazados por una Paz sin igual. Por supuesto, esto puede ocurrir en una vez, o reproducirse durante tiempos interminables y volviendo a reproducirse cada vez, con las mismas secuencias, con las mismas percepciones, con el mismo Vacío, con la misma Alegría. Hasta el momento en que ese Matrimonio sea consumado, os parece que lo que se ha Desposado, se aleja, dando un sentimiento de desgarro aun más intenso y de vacío aun más intenso, que os hace de alguna forma, orar para que cese, para que jamás desaparezca aquél que parece desparecer (o aquella que parece desaparecer).
Y después, poco a poco, la Paz va a reemplazar todo esto. Tomáis conciencia entonces, de que estáis completos, de que no sois ya lo que habéis sido. Todo lo que podía ser cuestión, pregunta, miedo, no puede siquiera aflorar más a la Conciencia. Os habéis convertido en la Onda de Vida, ese Absoluto. Os habéis hecho el Otro, cualquier Otro. Porque en ese momento, el Matrimonio místico no está ya dirigido hacia una sola persona (ya fuera el CRISTO) sino que abrazáis en el mismo Amor, toda conciencia, toda vida, toda forma, todo universo. La palaba Amor se hace la única posibilidad de Ser, la única capacidad de manifestar. No hay, por cierto, absolutamente nada más. Este cuerpo (que esté bullendo, quemando o helado) no os perturba más. Las sensaciones, por supuesto, a nivel del pecho, a nivel de lo que llamáis Kundalini, en la espalda, en los pies, en las manos, da a veces ese sentimiento de estar crucificado, de estar atravesado, en las extremidades o en los miembros, con un dolor que a veces, puede pareceros intenso pero que en sí mismo, os arroba en Éxtasis. Todo es un pretexto, de alguna forma (el mínimo movimiento del cuerpo) para despertar ese estado. Siempre permaneciendo, quedándose en Paz. Todo es certeza.
Más que nunca, las miradas que llevéis a vuestra vida no serán las mismas. Vosotros Amáis indistintamente. Os es imposible en ese momento, hacer la mínima diferencia entre cualquier conciencia. No podéis tener otras prioridades que Amar, Todo. Todo lo que parecía personalizado, personal (en vuestros afectos, en vuestros amores), no existe simplemente más, sin que exista la mínima cuestión, el mínimo cuestionamiento. Incluso sin quererlo (os daréis cuenta), cada respiración de vuestra vida solo es una Llamada a que se reproduzca ese Matrimonio místico. Estáis realmente marcados, de manera indeleble, por el Fuego del Amor Primordial. Y esto es contagioso. Porque emana de vosotros, permanentemente, lo que se escapa de vuestro Corazón y lo que entra en vuestros pies, en vuestras manos, por todas partes y que os conduce a estremeceros, no ya de deseo o de temor, sino de Amor simplemente. Y esto es (y lo sabéis), perpetuo y sin interrupción, día y noche, pidiéndoos sin descanso, a vosotros mismos, mantener esta Unión (y eso Es), mantener este Reencuentro. No existe ni siquiera atracción, por lo que nosotros llamamos los mundos espirituales. No hay ya necesidad de partir de ahí donde estáis. Estáis plenamente en este cuerpo, sin estar ya en el. Vosotros estáis efectivamente, marcados al rojo vivo. Las sensaciones, las percepciones, pueden hacerse intensas o, por el momento, desaparecer completamente, sin que eso cambie lo que sea, de lo que Sois. Cualesquiera que sean los vaivenes, las percepciones de la conciencia, vosotros estáis totalmente distantes. Vosotros estáis totalmente presentes en esta Unión mística. Incluso el estado de Éxtasis o de Gozo se hace sereno, aun creciendo en intensidad y en potencia.
Esto lo habéis vivido, lo vais a vivir, en un momento o en otro (sea en estos tiempos que vivís o en los tiempos finales de este mundo). Obviamente, los condicionamientos de la vida de la personalidad, de la sociedad, no os han preparado de ninguna forma para vivir esto. No existe además ninguna preparación posible. Todo esto se desarrolla porque (como se os ha dicho, ya desde hace muchas semanas) es exactamente porque estamos Unos y Otros, en la misma Unidad, en la misma Presencia, más allá incluso de este mundo. Todo esto puede ocurrir en el espacio de una milésima de segundo de este tiempo, como parecer que se reproduce durante días y semanas. No hay reglas. Pero las etapas que os he dado (aunque le pongáis otros nombres) os permitirán entender lo que he dicho. Seréis verdaderamente recorridos. Os convertiréis en ese Tesoro, ese Amor que vosotros llamáis. Habréis entonces, basculado hacia la Eternidad, basculado, viviendo en ese Absoluto. Nunca más estaréis sometidos al condicionamiento, a la mente, a vuestra historia, a vuestras emociones. Nunca más la duda podrá aparecer. Nunca más la carencia podrá, simplemente ser sospechada. La Unión Mystica será de alguna forma, indeleble. El espacio del pecho, atravesado y transfixado, será como una Fuente abierta permanentemente, que ninguna distancia, ninguna duda, podrá interrumpir o incluso ralentizar. La Onda de Vida será generalmente instalada de manera definitiva, en ese momento. Todo lo que miréis será bendecido. Todo lo que toquéis será tocado en lo más íntimo de sí mismo. Ninguna de las dificultades de este mundo, podrá densificar o separar lo que vosotros sois.
Ese Doble estará totalmente integrado en vosotros. Lo que os parecía tan grande y tan vasto, llegando por detrás de vosotros o por delante, esta Luz Blanca fantástica que os parecía tan imposible, tan improbable, ciertamente se ha convertido en lo que Sois, pudiendo daros incluso, síntomas muy físicos, de esa Crucifixión y de esta Resurrección. Pero no concedáis importancia a este cuerpo (cualquiera que sea su experiencia). Todo os parecerá como nimbado con la misma Luz, con la misma cualidad de Amor. Incluso aquél que os rechaza, no puede ser rechazado por lo que vosotros sois. Viviréis realmente lo que quiere decir esta frase: “Padre, perdónalos. No saben lo que hacen”. Podréis decir entonces, en la alcoba de vuestro Corazón: “Yo soy la Vía, la Verdad y la Vida”, porque he desposado al CRISTO, porque vivo la Unión mística, esa que pone fin a cualquier vacío, a cualquier incertidumbre, a cualquier peso. Vuestra mirada será capaz de abrazar al Hermano o Hermana que también se aproxima y se apresta a vivir esta Unión mística. Esta Unión Mystica es el más bello regalo, el más bello presente, que el Amor y la Gracia puedan haceros en esta carne, haciéndoos vivir en esta forma limitada, el Absoluto, la Fuente, el Padre. La beatitud es tal que todo se hace posible, que todo puede ser reproducido. No existe efectivamente, ningún límite más, ninguna barrera más. Estáis fundidos con el Todo, con cada uno. Todo está recubierto por vosotros, de una Gracia, de un Amor indecible.
Esta consumación (porque lo es) va por supuesto, a cambiar (sin que lo queráis de ninguna manera) todas vuestras relaciones, todo lo que está presente en vuestra vida. Todo parece propagarse en torno a vosotros y en vosotros, para facilitar y obrar en el sentido de una facilitación de ese Absoluto. No podéis hacer otra cosa que sonreír. No podéis hacer otra cosa que tener el mismo estallido de Amor en vuestros ojos (sea lo que os digan y lo que miréis). Para muchos de vosotros, las etapas de UNIDAD y del Sí, de alguna forma os han familiarizado con el acercamiento a ese estado. Aunque no hayáis vivido el Sí, aunque no hayáis construido esta Luz (al acogerla en vosotros), podréis vivir esta Unión mística porque no hay, de hecho, ninguna preparación necesaria. Y en estos tiempos particulares de la Tierra, esto se abre a vosotros como una evidencia. No hay edad, no hay problema, sea el que sea, que pueda limitar o impedir esto, si no sois vosotros mismos. Estas son algunas palabras, breves, que tenía que daros sobre esta Matrimonio místico y sobre ese Doble que os lleva y os estrecha y os devuelve sobre todo, a vuestra Libertad, a vuestra Verdad. Hermanas y Hermanos, si tenéis algunos elementos de consulta sobre el Matrimonio místico, exclusivamente y si puedo aportar informaciones suplementarias, lo haré de buena gana.
Pregunta: ¿lo que llamáis “marcas a hierro candente” son los estigmas de CRISTO?
Sí. Cualesquiera que sean vuestras creencias, evidentemente, existe una analogía: es Vibratoria por supuesto, es similar, porque es en esas zonas donde se encuentran las llagas de CRISTO (tal como se han llamado). Esas zonas de vuestro cuerpo son efectivamente las más sensibles, las más preferentes.
Pregunta: ¿el acercamiento del Doble puede dar la sensación de tener las piernas temblonas?
Sí. Esto es tan grande, tanto. Hay como lo que podría llamarse una emoción amorosa, pero más fuerte, más intensa. Todo puede temblequear, no únicamente las piernas. Todo puede ponerse a temblar y a estremecerse.
Pregunta: ¿la Onda de vida se presenta indefinidamente, hasta que nosotros digamos “sí”?
No tenéis la Eternidad para decir “sí”. La Onda de Vida puede seguir, independientemente de este Matrimonio místico. Por cierto, el Matrimonio místico se manifiesta también por la Onda de Vida. No es posible diferenciar la Onda de Vida, del Doble, del Matrimonio místico, de vuestro propio cuerpo: formáis un solo cuerpo. Hay efectivamente lo que yo he denominado flujos y reflujos, más o menos pronunciados, más o menos intensos, más o menos cercanos.
Pregunta: ¿cualquier experiencia pasada de ese tipo hay que refutarla, como propone BIDI?
Desde el instante en que tú has vivido una experiencia y simplemente una experiencia, que no se ha instalado en la duración, sí, pertenece indiscutiblemente al pasado y no está ya presente. Cualesquiera que sean las razones y circunstancias, ya no está viva. Porque está inscrita en la trama de la historia. Y no lo está en lo que hay que vivir ahora.
No tenemos más preguntas, os damos las gracias.
Hermanas y Hermanos en humanidad, como Depositaria del Manto de la Gracia, doy Gracia y vivamos juntos, esto. Os digo hasta muy pronto. Demos Gracia.
…Participación del Don de la Gracia…
Soy GEMMA GALGANI, vuestra Hermana en CRISTO en Eternidad. Yo soy vosotros. Hasta pronto.
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