domingo, 24 de julio de 2011

BODAS CELESTIALES, MA AMANDA MOYI A 11 - 07 - 2011

 

Original en francés.


Canalizado: Jean Luc Ayoun

Transcripción: Véronique Loriot

Traducción: Susana Milán


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Soy MA ANANDA MOYI. Mis muy queridos Hermanos y mis muy queridas Hermanas, que la Paz y la Alegría estén con vosotros. Vengo esta noche, para expresar una serie de elementos, vinculados sobre todo con mi vida, en encarnación y también, vinculados con mi Vibración de Estrella AL, que está asociada al Fuego. Este Fuego que puede ser tanto el fuego del ego, como el Fuego del Corazón, antes de su Reversión. Entonces, vengo entre vosotros para intentar hacerles percibir, más allá incluso de las palabras que voy a emplear (que son necesariamente resultantes de mi experiencia, mi vivencia y mi cultura de entonces), la expresión de lo que es el Fuego del Corazón y la expresión de lo que es el fuego del ego.
Como sabéis, habéis entrado en un proceso particular de despliegue de la Luz, que debe llevar al ser humano a vivir una serie de mecanismos, de transformaciones, o no, de la Conciencia. Entonces, el Fuego del Cielo, ese Fuego del Espíritu cuando se despliega en el ser humano desencadena, diría, una serie de mecanismos. Y también, según el impacto del Fuego que se despliega y su localización, van a ocurrir una serie de manifestaciones de la propia Conciencia y también de la personalidad manifestada en el mundo, ahí donde estáis. Por supuesto, existen señales Vibratorias de percepción, que traducen y acompañan hasta cierto punto, la llegada de la Luz. Ya sea en la cabeza, en el Corazón, en el sacro o en las zonas de despliegue de la Luz Vibral. Se les describió un mecanismo importante. Este mecanismo importante, recogido en muy numerosas ocasiones, por Arcángeles y por Ancianos y también por algunas de mis Hermanas, se conecta directamente al mecanismo del Abandono a la Luz. Así, el Abandono a la Luz manifestará un estado de Conciencia, que cambia de un modo de funcionamiento a otro totalmente diferente. Como el amado Juan decía: habrá muchos Llamados y pocos Elegidos. Habrá también, en el período que vivís y a través de los elementos que él describió entonces, elementos de confusión importantes, tanto en la Conciencia individual, como en la Conciencia del cuerpo de la sociedad, del cuerpo social en su conjunto. La reactividad a la Luz, la recepción de la Luz, el despliegue de la Luz, no se realiza según los mismos auspicios y según la misma Gracia, se realiza hasta cierto punto, según el ego en que se encuentra.
Existen una serie de etapas para aquellos, en cualquier caso, que aceptarán la Luz, que no se desviarán, sino que podrán vivir esta aceptación desde el ego, o desde el Corazón. El resultado será eminentemente diferente, por supuesto, en la Conciencia y en la conducta del ser, en función de lo que es capaz de metabolizar de esta Luz. Por supuesto, algunos Ancianos han desplegado y evocado algunos funcionamientos particulares vinculados a este despliegue de la Luz, a esta apertura, este despertar del Canal del Éter y una serie de modificaciones que ocurren precisamente, en el Cuerpo de Deseo que deben de conducir a manifestar la totalidad del Espíritu y la Conciencia Unitaria. Por supuesto, la cualidad intrínseca (si se puede hablar así) del ego, en función de elementos, llamados su Humildad, su Simplicidad, su capacidad para estar en calma, para haber emprendido un trabajo antes,(cualquiera que sea la forma en que este trabajo se vea) va a ser, hasta cierto punto, no condicionante, sino en cualquier caso orientado hacia la manifestación de la Conciencia, en reacción o en resonancia con la Luz que se despliega. Por supuesto, todo será diferente, según que la Conciencia ordinaria ya haya vivido experiencias de acceso a la Unidad, o en cualquier caso experiencias de Vibraciones, de Fuegos, en la Corona Radiante de la cabeza o en la Corona Radiante del Corazón, o también en el sacro. Algunos seres (desde hace varios años, para algunos de ellos,), viven transformaciones incesantes, manifestándose poco a poco, por una transformación de la Conciencia, que os preparan para vivir este Abandono a la Luz y vivir esta Unidad, esta facilidad.
Se os ha dicho muy a menudo, que se hará a cada uno, exactamente, según su propia Vibración. Entonces, si en el ser humano, no se han evacuado completamente una serie de deseos, corren el riesgo durante esta fase, de manifestarse por lo que se llama el fuego del ego, más bien que el Fuego del Corazón. Incluyo en mis observaciones, que no hay que juzgar lo que sea o quienquiera que sea, sino daros los elementos, objetivos y sensibles, que les permiten observar sin juzgar, en torno ustedes, lo que es del orden del ego y del orden del Corazón. En primer lugar, hay una diferencia esencial en este fuego, donde quiera que sea, que se manifieste el Corazón o el ego. Y, antes de mismo de hablar del fuego del ego o el Fuego del Corazón, es necesario redefinir muy brevemente, lo que es el ego y lo que es el Corazón. Más allá de toda concepción, más allá de todo concepto espiritual o religioso, o incluso social o cultural. El ego por definición, es lo que proporciona cualquier experiencia vivida, dentro Sí. Siempre con una noción de comparación o de apropiación. El ego es pues, algo que va a encerrar y proporcionar siempre a sí mismo (por el momento sin ningún concepto peyorativo), todo lo que puede vivirse. Ya que el ego no puede definirse sino con relación al pasado, con relación al futuro. Y la experiencia vivida, cuando se vive, lo llevará siempre a una clasificación, a una discriminación, a un juicio de valor, de la experiencia vivida. Siempre con relación a su propia referencia, a su propia vivencia, a sus propias creencias, a sus propias heridas. El Corazón, más allá de cualquier noción de compasión, de empatía, la Conciencia del Corazón (incluso antes de que aparezca, una vez más, el fuego del ego o el Fuego del Corazón), ya es la Conciencia que no consiente en apropiarse de lo que se vive. Dónde ya existe una forma de distancia, una ausencia de juicio de lo que se aporta a la Conciencia (se refiera uno mismo, o se refiera a cualquier acontecimiento o elemento interpersonal) que ocurra en lo que se vive. El ego está pues, permanentemente juzgando, clasificando, discriminando, intentando comprender. El Corazón será Pacífico, retrocederá, rechazará el juicio, no va a tomar nada para sí. Va hasta, a estar de acuerdo, si no está de acuerdo. Va a darse el tiempo de no ser, hasta cierto punto, en una reacción o en una comprensión intelectual. Pero más bien, en un tiempo quizá, un poco diferente que aquél en que evoluciona el ego. Dónde la reacción, el juicio, la emoción, la comprensión es a menudo, muy rápida sin tener en cuenta el conjunto de una situación pero, teniendo en cuenta la experiencia pasada, incluso, para definir este presente, esta reacción que se está viviendo. De hecho, el ego de una manera general, refiere todo a sí mismo, refiere siempre todo a su propia experiencia y es pues, por definición, incapaz incluso, de definirse en una Conciencia más vasta en la que todos estos conceptos no existen ya.
Por supuesto, en el ser humano, al no ser nunca ni completamente bueno, ni completamente malo, ni estar nunca completamente en el Corazón, ni completamente en el ego, existe una mezcla siempre, de las dos conciencias. Pero que, os lo preciso, no son aún la Conciencia Turiya. Para que la Conciencia Turiya exista, es necesario de verdad pasar a la Unidad. Es necesario que el ego sea transcendido enteramente. Y que todo lo que aparecía ya, en el ego que yo calificaría normal y en el Corazón normal, no se vuelva más exuberante, sino al contrario completamente Transcendido.
El fuego del ego (vinculado a la Luz Vibral, a su despliegue, en adelante) va a traducirse, siempre en el ego, por una necesidad de identificarse generalmente con una noción de grandeza, donde el propio ego, lo comprendéis, se apoderará del fuego. Y también, todo lo que se vive, incluso del orden de una Conciencia diferente, hasta cierto punto, será acaparado por la propia persona. A menudo, esto puede acercarse a lo que se llama megalomanía. Esta megalomanía hace que, la Conciencia que vive eso, en el ego, tenderá a definir todo lo que vive en el sentido de su apropiación, e incluso la Unidad. Eso va a dar situaciones un poco cómicas, visto desde el exterior, donde este fuego aparente va a ser, efectivamente, un fuego devorador (el fuego llamado Luciferino o Prometeico) que empujará al alma a reivindicar la Unidad, a manifestar algunas características de la Unidad, puesto que el alma se vuelve, hasta cierto punto, encendida. Y es en ese momento que se despliegan, lo que se llaman Siddhis, los poderes del alma, que no tienen nada que ver con el poder del Espíritu. Estos poderes del alma que van a dar poderes, como el nombre lo indica, de ver el astral, de ver al otro, pero inclinar todo esto hacia vuestra propia visión y propia personalidad. No hay pues ninguna Transcendencia, sino una ilusión de Transcendencia, donde el megalomanía va a encontrar un terreno de expresión importante.
Esto puede también, vivirse estrictamente al contrario, en una personalidad que se podría calificar, al contrario, de atrofiada. Dónde el fuego viene, hasta cierto punto, a reforzar este sentimiento de estar atrofiado, a reforzar no ya el ego en ese momento, sino el miedo del ego. Causando sufrimientos, un encierro, lo que denominan tensión, al contrario de la dilatación del ego, que calificaría de megalómano. En ese momento, el ego va a retractarse para evitar hasta cierto punto, la Luz. Exteriorizándose en una frustración, un miedo intenso, una retirada del ego habitual. Pero, no para pasar al Corazón, sino para retirarse incluso del ego.
Las dos situaciones, que son los dos extremos, están en relación con el fuego del ego. Las manifestaciones en ese momento, se refieren por supuesto, al plexo solar y al tercer ojo. Es decir que en ese momento, este fuego del ego va a declararse también, en poderes que se vuelven espantosos, que se convierten en la ocasión para tener miedo. Mientras que en el ego orientado a la megalomanía, en ese momento, sobrevendrán todo un grupo de procesos de identificación, generalmente a personajes históricos, a menudo importantes, o incluso muy importantes. Llegando hasta exhibir en algunos seres, algo que fue perfectamente conocido en el país del que yo era originario (ndr: la India), lo que solemos llamar el principio de identificación a un gran Ser, cuyo nombre más conocido por supuesto, es ser un avatar. Es decir, un ser que se define por encima de toda ley, porque ha vivido la Luz, que no es nada más que el fuego Prometeico, que se confunde en ese momento, enteramente, con el Fuego del Corazón. Por supuesto, en ese momento, no existe ninguna percepción de chakra del Corazón y aún menos, de la Corona Radiante del Corazón. Pero, sobre todo, una percepción de las emociones (de las suyas, como del otro), y sobre todo, de los poderes espirituales, que aparecen en gran número y que poco a poco, van a llevar al alma a alejarse cada vez más del Espíritu y a tomar el control a través de este fuego, llamado el fuego del ego.
Por supuesto, el Fuego del Corazón no tiene en absoluto las mismas características. No hay ni retractación del ego, en un mecanismo de tensión. No hay ni megalomanía, ni identificación a cualquier cosa superior. Hay, sobre todo, la Paz que se instala, la Humildad, la Simplicidad, la denegación de toda apropiación, de cualquier cosa (sea de una persona, de una idea o de un vínculo, cualquiera que sea), confiriendo lo que se os ha nombrado por otra parte, la Libertad, la Autonomía total. Pero en esta Libertad, esta Autonomía, existe una forma de Paz total, manifestada por el Espíritu en ese momento, dando una incapacidad del ser a enfrentar, a oponer, a juzgar. El ser, en ese momento, está bañado completamente en la Luz. No existe ya ningún juego, de Sombra o Luz. Hay una Transcendencia total, en este caso, del ego. Y el establecimiento, solamente en ese momento, de lo que puede llamarse los diferentes Samadhis, las distintas Alegrías Interiores, que no son las alegrías de lo emocional, o las alegrías del ego exaltado, o el miedo del ego retractado. En este espacio de Fuego del Corazón, la Vibración está omnipresente en el Corazón. Sea como un calor o como una presencia, pudiendo a veces percibirse como exterior a sí mismo, en que se siente como se dilata dentro sí. Cualquiera que sea la cultura, por otra parte: puede llamarse KRISHNA, el CRISTO, MARIA, qué más da, o la Luz, simplemente. Pero en ningún caso, esta dilatación del Corazón va a traducirse por cualquier reivindicación, cualquier apropiación, o cualquier miedo. Entonces, el Fuego del Corazón se manifiesta hasta cierto punto, en una consumición del ego. Convirtiéndose en más y más Alegría.
Y sobre todo esta desfragmentación, no está en la capacidad de los poderes espirituales (de ver al otro, en el astral, dirigir el astral, ver el astral), sino más bien, en un sentimiento de Completitud Interior. Dónde no puede existir ningún espacio, para cualquier proyección. Ni en el espacio del sueño, ni en el espacio de cualquier otra cosa que el Yo. Esto es válido, cuando esta etapa se realiza aquí-mismo, en esta Dimensión donde estáis aún. Dónde, en ese momento, el alma y el Espíritu se vuelven directamente hacia la Luz y se vuelven cada vez menos identificados a este cuerpo, a sus funciones. Eso llega hasta manifestar períodos, más o menos largos (que fueron comunes, por otra parte, a todos los seres que vivieron esto), a manifestar este a Samadhi extremo. Dónde hay una completa extracción de la personalidad. Dónde el ser puede permanecer así, sin comer, sin moverse, sin hacer nada, simplemente siendo en la Vibración de la Luz. Sin ninguna pretensión, en la Humildad y la Simplicidad más total. Y eso puede durar, para algunos seres, meses, o incluso años.
Por supuesto, eso es muy diferente del ego agitado por el fuego, que va a reivindicar, que va a querer a toda costa poner de manifiesto que él es la Luz. Mientras que el que está en la Luz no tiene estrictamente ninguna necesidad de demostrarlo, porque lo es. Toda la diferencia se sitúa por lo tanto, en este nivel. Por supuesto, en las fases que existen, ahora en esta Tierra, desde las intervenciones de este año de MÉTATRON, muchos seres han podido ser llevados de manera temporal, por esta ilusión de luz, en que la energía cambió del ego hacia el tercer ojo y no se ha instalado en el Corazón. Por supuesto, los poderes son extremadamente seductores, porque a ese nivel existen mecanismos muy precisos, que permiten tener todo el poder y cualquier ascendencia. Por otra parte, creo que en occidente, llaman eso: el seductor, el usurpador, el que falsifica. Y que da la ilusión de la Luz, para el que no está aún en el Corazón, que está frente a él, aquél que está en frente de él, representa una luz. En realidad la Luz, como ya se sabe y, sobre todo en el Fuego del Corazón, no puede estrictamente reivindicar nada. Porque la propia reivindicación de lo que sea, en la Ilusión (ya que la persona es extraída de la Ilusión), hace caer instantáneamente en la Ilusión. Y la reivindicación del ego, o de la necesidad de reconocimiento del ego, que es a menudo la causa de ese fuego del ego. Desde el instante en que el ego es Pacificado, desde el instante en que el Fuego del Corazón se manifiesta de forma más intensa, el ego manifestará menos superioridad. Va a poder intervenir menos, no va a poder manifestarse, no va a poder reivindicar. Y en ese momento, cuanto más el Corazón eleve su propia Vibración, más los poderes se alejen, menos hay la capacidad real de comprender, incluso los juegos del astral, porque la Visión se hace entonces, totalmente lo que se ha llamado Visión Etérica o la Visión del Corazón. Que es una Visión que no tiene nada que ver con los juegos del ego, los juegos de seducción y los juegos de rol, que puedan existir en la Ilusión.
Entonces, existe una diferencia fundamental. Por supuesto, el que está en el fuego del ego no querrá nunca verlo. Estará arrebatado por sus propias emociones, por sus propias exaltaciones, por su propia Ilusión del tercer ojo. Y no podrá en ningún momento, percibirse a sí mismo de otra forma sino en el Fuego del Corazón, ahí está la paradoja. Va declamar, reclamar, a manifestar (en un sentido o en otro, que no es el del Corazón), mientras que el Corazón va a hacerse una suavidad. El Corazón es un Fuego devorador, pero que devora la Ilusión de la vida, en la Ilusión de la matriz, en Maya. Así pues, el Fuego del Corazón confiere la suavidad. Confiere, no la indiferencia sino la verdadera Separación, de todos los problemas de este mundo. No hay ninguna reivindicación de cualquier cosa, en el Espíritu. El Espíritu no reivindica absolutamente nada, como un lugar, como un papel, como una función en este mundo. El Espíritu sólo tiene necesidad de ser él mismo, de ahogarse en sí mismo hasta cierto punto, es decir, en la Beatitud y en lo que se llama el Yo.
Por supuesto, todos los seres que han vivido este estado, a veces deben volver a bajar, diría, un nivel. Para poder testimoniar, para poder escribir. SRI AUROBINDO fue uno de ellos. Otros se aislaron. Otros aún, retrocedieron con cualquier forma de espiritualidad, para encontrarse con su Verdad. Dónde no existe posibilidad de ir (como decís vosotros) en barco, o de llevar lo que sea en barco. Eso se puede percibir efectivamente, desde el exterior, como alguien completamente inaccesible, completamente impermeable. Y lo está, efectivamente, a las emociones. Lo que no es una indiferencia, sino más bien la verdadera Vibración del Corazón. Simplemente la propia Presencia de serlo basta para emanar esta Luz, sin querer nada, sin pedir nada. Simplemente el hecho de estar en este estado y solamente en este estado. Lo que explica por ejemplo, que durante mi vida en algunos momentos, hasta se veían obligados hacerme comer, cuando no obstante, se juzgaba que tenía de comer o que beber.
Pero la Luz de la Unidad alimenta. El Espíritu alimenta. El Espíritu, cuando se integra alimenta el alma y el Espíritu, pero no puede ser poseído ni por el cuerpo, ni por el alma. El Espíritu permanece Espíritu. Permanece Espíritu de Unidad. Manifestación de la Unidad, de la Humildad, de la Simplicidad. Dónde no existe repito, ninguna voluntad, ningún miedo. Simplemente un estado del ser que se sumerge y se funde hasta cierto punto, en el Atman, o el Paratman, es decir, en el Todo, él Yo y la Conciencia Revelada a sí misma, que comprende que esta Conciencia es sólo una con todas las Conciencias, presentes aquí como todas partes. Aunque sabe pertinentemente y ve pertinentemente, que las otras Conciencias no tienen Conciencia de ellas mismas, en el mismo estado que ella. No obstante, no existe, e insisto al respecto, ninguna pretensión de cualquier cosa del Espíritu. El Espíritu Es, por definición y no tiene que reivindicar absolutamente ningún lugar, ningún papel, ninguna función. Si no es, dejarse llevar por la Luz después de Haberse abandonado, y después, hasta cierto punto, de haberse ahogado.
Hay pues, realmente, una pérdida de la personalidad, una disolución de la personalidad, en la individualidad, o el Yo, el Atman. Mucho más allá del cuerpo búdico, más allá del cuerpo del ego. En ese momento el alma se sumerge completamente en esta Vibración, en este Fuego. Y se manifiesta en él como en torno él, una Alegría que calificaría de irreprochable. Y de insuperable, es decir no es posible manifestar otra cosa, que esta Alegría, esta Paz, esta Humildad y esta Simplicidad, que es la señal característica de los Corazones abiertos, como pudo ser mostrado por algunas de mis Hermanas más jóvenes o más viejas, durante su vida. Si se toma por ejemplo, a Hildegarde (ndr: HILDEGARDE de BINGEN), nunca ha reivindicado nada. Lo que sea que haya recibido, todo se recibió, transcribió y escribió. Pero nunca, eso ha podido servirle ella, durante su vida, para reivindicar cualquier lugar. Así mismo Thérèse (ndr: THÉRÈSE de LISIEUX), cuando decía durante su vida que quería el lugar más pequeño, ella se hacía lo más pequeña posible. Porque su Espíritu había percibido que era la única manera en esta Vía de la Pequeñez, como decía, de acceder a la Totalidad.
Es necesario comprender el fuego del ego y el Fuego del Corazón, en los mecanismos de la Conciencia, como un principio de vasos comunicantes. No puede haber, no pueden existir al mismo tiempo, los dos. Cuando uno se llena, otro se vacía. Y cuando uno se vacía, otro se llena. Y la diferencia es obvia, incluso para un observador (que podría, no obstante, equivocarse por la seducción y por los poderes, manifestados por el fuego del ego), que no puede nunca, mantener la ilusión, por mucho tiempo. Y la diferencia, por otra parte, es que el fuego del ego consume literalmente, el alma y el cuerpo. Y solo puede manifestarse en un tiempo relativamente corto. Dónde, en ese momento, el delirio va a tomar su lugar, para llevar al ser a vivir estados de confusión cada vez más grandes. El Fuego del Corazón, por su parte, va a traducirse en un estado permanente de Paz, muy diferente de la exaltación o la retractación del fuego del ego. Esta Paz, esta Alegría, puede como dije, durar y durar en tiempos extremadamente largos, sin que ninguna alteración ocurra, tanto en el cuerpo, como en el alma. Puesto que el Espíritu ha tomado enteramente, posesión. Tenéis Conciencias que se encarnaron o que tomaron un cuerpo en este mundo (sobre todo en el siglo anterior, y en su parte final). Los Melquisedechs lo han probado, la mayoría de ellos y otros seres que han personificado enteramente, este Fuego del Espíritu o este Fuego del Corazón, en que ningún fuego del ego pudo implicarse.
Entonces, lo que os ha dicho por ejemplo, un Melquisedech como Maître PHILIPPE DE LYON, o algunas de mis Hermanas, es absolutamente fundamental en lo que se despliega actualmente. Porque lo que se despliega es un Fuego. Y este Fuego, al igual que cualquier fuego, tiene tendencia se expandirse. Pero el hecho de expandirlo en el conjunto de las estructuras y a partir realmente, de lo que se llaman los chakras de Arraigo del alma y el Espíritu, no es lo mismo que desplegarlo a partir del plexo solar. Por supuesto, en un caso hay Abandono a la Luz. Y en otro, hay apropiación de la Luz, pero absolutamente no Abandono. Aunque la ilusión puede, inicialmente aparecer como seductora. Recuerden que el Fuego del Corazón no tiene nada que reivindicar. Deben ser al contrario, el más pequeño posible en esta Ilusión, en la Dualidad, para convertiros cada vez más grandes en la Luz. Y en ese momento, pasar a ser las Anclas de Luz, los que Emanan la Luz, y no los que emanan el ego. Por supuesto, este período es un período crucial como ya se sabe, en este despliegue de la Luz. Llevando a aquellos que están en camino y que han experimentado una de las Coronas Radiantes, a manifestar enteramente, uno u otro de estos fuegos.
Por supuesto, no hablo absolutamente de los que aún no vivieron ni el fuego de la Corona Radiante de la cabeza, ni la Corona Radiante del Corazón, ni el sacro. Pero será necesario retener que este Fuego, esta Luz Vibral que se despliega, este Espíritu, deberá necesariamente penetrar todos los cuerpos, todos los seres humanos. Entonces, si la cabeza no es permeable, ni el Corazón es permeable, en ese momento la Luz penetrará directamente sobre los centros más abiertos. Los seres de poder, cuyo segundo chakra es predominante (con su papel, del poder sobre otros, como a través de la sexualidad, o la necesidad de tomar la ascendencia sobre alguien, sea un individuo o un país en su totalidad), estos seres van a enfrentarse a una desmesura de este concepto de poder, desembocando, también, en un megalomanía total y una ilusión total de lo que es la Luz.
Es en este sentido que las preparaciones, que espero hayáis vivido a través de este canal (lo que ha sido entregado, lo que nosotros hemos entregado, o a vuestra manera), hará que seáis sabios en vosotros mismos. Y manifestar esta sabiduría indispensable para vivir enteramente, el Fuego del Corazón, la Humildad, la Simplicidad, los cuatro Pilares. HIC y NUNC, es decir, ponerse sistemáticamente en el Instante Presente. Rechazar todo lo que pueda venir del pasado. Rechazar todo lo que pueda venir del futuro, igual que las visiones que sobrevendrán de algo que pasa en vuestro futuro. Es efectivamente, muy seductor tener visiones viviendo el Fuego del Corazón, tener proyecciones al pasado o al futuro, incluso sin definirse de manera formal. Pero si aceptáis estas visiones, si aceptáis estas proyecciones en ese momento, el Fuego del Corazón oscilará en parte en el fuego del ego. Entonces, es a vosotros a los que corresponde mantener este Fuego del Corazón, aplicando vuestra Conciencia a esta vigilancia. Permitiendo evitar los excesos, en un sentido o en otro. Permitiendo centrarse, permanentemente, en el Corazón. Por las distintas técnicas que se os han dado, por la respiración, por la activación de las Sendas. Por la observación misma de vuestra Conciencia, porque tanto en el fuego del ego como el Fuego del Corazón, en los primeros momentos, existe una capacidad, permaneciendo siempre en sí mismo, de distanciarse ligeramente de sí, para verse actuar. Es en esos momentos cuando será necesario estar en una forma de Atención, Intención, Ética, de Integridad. Permitiendo, lo más posible que estéis en este Presente. Ya que sólo estando en el Presente puede difundirse la Luz al máximo, en vosotros. Y el Corazón en vosotros. Y el Êtreté en vosotros.
Es con esta condición como vais a poder poco a poco, sumergir0s literalmente, en este estado de Conciencia de Turiya. Hasta extraeros enteramente, de todo lo que constituía la conciencia separada. Y cuanto más viváis eso, más fácil se os hará. Más fácil se os hará alinearos en el Momento Presente. Más fácil será no desempeñar ya ningún papel, sino ser simplemente el Yo. En la Alegría de serlo. En un estado de Samadhi cada vez más profundo, y cada vez más Alegre. Alejándoos de todos los juegos que puedan existir en la Dualidad. Todos los juegos de posesión, todos los juegos que os aíslan, hasta cierto punto, en el ego y en la certeza de haber llegado a alguna parte, por la Luz. Pero no puede existir realización del estado KI-RIS-TI, de otro modo sino por el Fuego del Corazón, total y completamente instalado en el pecho. Permitiéndoos vivir la Humildad, la Simplicidad. La toma de distancia con relación a la personalidad que no es, como se les ha dicho, una despersonalización o una pérdida de la individualidad. Sino al contrario, un refuerzo del Espíritu, este Espíritu que no está en absoluto más separado que cualquier otro Espíritu.
Entonces, ¿cómo un Espíritu que se convierte en Espíritu, podría manifestar cualquier aversión, hacia otro Espíritu o cualquier alma? ¿Cómo este Espíritu, que se ha convertido completamente en Luz, podría ver otra cosa y percibir otra cosa que la Luz, más allá de los velos de la Ilusión? ¿Cómo podría ver otra Ilusión, que una Ilusión que no tiene ninguna sustancia para ese, que vive en esta Conciencia del Corazón? La Unidad no es una reivindicación. Es un estado Ser. Es un estado de Alegría, es un estado de Fuego del Corazón. Exteriorizándose en un sentimiento de inmensidad, donde efectivamente, no hay más barreras Y no es cuestión de disociar, sea lo que sea ese estado. Más bien, no interferir, de ninguna manera y cada vez menos, en la Dualidad. Es a este precio como se realiza el pasaje, enteramente, de la oruga a la mariposa, expresión querida a nuestro Comendador (ndr: O.M. AÏVANHOV), vuestro Comendador también. Es eso, lo que cada uno vais a tener que observar, en vosotros, como en torno a vosotros.
Vais a observar efectivamente, los dos fuegos. El fuego del ego, el Fuego del Corazón. Mientras el despliegue de la Luz no es total y mientras que el ser no se haya incorporado al Sol. Como se escribió en los textos antiguos de la India, aquél que realiza la Unidad es el que está en el Corazón y que ha vivido en el Sol. Alcanzó realmente el Sol, se fundió realmente en CRISTO, si lo preferís. Realmente ha acogido la Luz Blanca, enteramente. Y en la Luz Blanca, no puede existir ninguna Sombra, ningún juego de Sombra y Luz, tal como se percibe en el seno la Dualidad. Este estado se basta a sí mismo y no tiene pues absolutamente nada que reivindicar para sí, para la personalidad, en la vida que se vive en ese momento. Entonces, recordad por eso, que el período que se abre ahora, es un período extremadamente corto, con relación a la duración de una vida humana normal. Y que, lo que yo pude vivir, cuando estaba en el cuerpo de MA ANANDA MOYI, cuando era ella, lo he vivido durante años. El tiempo diría, pasado en Samadhi, debió ser tanto, si no más como el tiempo siendo en el cuerpo del ego, sirviendo y hablando. En la actualidad, esto se va a sobreimprimir, hasta cierto punto, en un tiempo extremadamente corto. Puesto que esto se refiere como sabéis, a un periodo de menos de un año, algunos meses.
Entonces, sois vosotros los que tenéis que estar vigilantes. Porque la personalidad estará siempre ahí, mientras estéis aún en este mundo. Pero sois vosotros en Conciencia, y ser Conscientes de que conviene saber lo que queréis alimentar: seguir viviendo el Espíritu y alimentar el Espíritu para transformaros enteramente. O si no, desviar la energía del Fuego del Espíritu, del Fuego del Corazón, hacia el fuego del ego (o el fuego del alma, que es lo mismo), con el fin de manifestar cualquier necesidad exterior, del propio ego. Es en este sentido, que os va a hacer falta estar lúcidos. Y tener la mirada justa, sobre ustedes mismos. Pero también, sobre todo lo que va a rodearles, porque se imaginen que el Fuego que desciende es el mismo estrictamente, para todo el mundo. Pero es el impacto simplemente, lo que será diferente según cada uno. El impacto podrá hacerse por la cabeza, y desplegarse, entonces. Este despliegue, ya lo sabéis, se hará sea en el chakra del Corazón, de la Corona Radiante del Corazón. O bien en los dos puntos llamados AL y UNIDAD (ahí donde yo estoy colocada, por supuesto). O si no, los chakras de Arraigo del alma y del Espíritu, que hará que el despliegue de la Luz sea armonioso, en el Espíritu, para vivir enteramente la Unidad y no vivir ya, ni el miedo, ni lo inverso del miedo que es el fuego del ego.
Por supuesto, no hay que juzgarse tampoco a uno mismo, en el fuego del ego. Sinosimplemente, simplemente intentar, en el primer momento que vivan eso, tener la Conciencia y la confianza, para poder Abandonarse más aún a la Luz. Esta posibilidad es lo que se ha llamado la toma de distancia con relación a sí mismo, donde se va a jugar todo. Porque en un momento dado (que quizá ya llegó, para algunos), vais a poder desempeñar un papel, que es el de vuestra vida. Y vais a daros cuenta de que no sois ese papel, que no sois esta persona (que tiene tal edad, que está en tal cuerpo), sino que sois más que eso. Y es en ese momento preciso, cualquiera que sea la intensidad que viváis, cuando hará falta en ese momento, decidir qué quieren alimentar: el Fuego del Espíritu o el fuego del ego. El Fuego del Espíritu es el Fuego de la Unidad, es decir que no puede existir reivindicación en la Dualidad. La Unidad no tiene nada que hacer con la Dualidad. La Unidad, yo diría, no tiene nada que hacer con este mundo. Porque cuando la Conciencia está en Unidad, sabe pertinente y absolutamente, porque lo vive, que este mundo es íntegramente una Ilusión y una proyección. Enteramente. No hay pues reivindicación, juego de poder, juego de posesión, ni nada que mostrar al exterior. Solo hay que mostrarse uno mismo, en Espíritu. Eso es muy diferente. Y de esta actitud, o no, que exista en ese momento, demostraréis vuestra capacidad, para manifestar el fuego del ego o el Fuego del Corazón.
El objetivo, acordaos una vez más sin ningún juicio, sino simplemente observando, va a ser determinar por lo que vivís en estos tiempos, si vais a volveros Espíritu, o si vais a volveros alma. En cualquier caso es una Liberación de la privación de Luz. Os volveréis lo que habéis Creado, durante el período último de este tiempo, en que os hacéis, como se os ha dicho, Co-Creadores de vuestra realidad. Y de vuestra Verdad. Si vuestra Verdad está en el alma, entonces Crearéis un alma, de nuevo, y un cuerpo. Si vuestra Verdad es el Espíritu, entonces os convertiréis enteramente en el Espíritu y seréis Liberados de cualquier noción en relación con el carbono. Una vez más, no hay un camino que es mejor que otro, ya que los dos pertenecen a la experiencia, a la experimentación. Pero estén bien lúcidos, de aquello con lo que se comprometen en esta Liberación. O el fuego del ego, o el Fuego del Espíritu. Sea la Humildad y la Simplicidad que les conducen al Abandono total, para vivirlo, sea que decidáis otra cosa. Pero también será necesario en cualquier caso, tomar Conciencia en estos tiempos reducidos. Así, es muy fácil tomar Conciencia cuando hay Fuego del Corazón, porque lo sabéis. Pero es muy difícil, cuando hay el fuego del ego o el fuego de la retractación del ego, porque termina en situaciones de sufrimiento, cólera, Ilusión. Puede que inicialmente, haya quien haga creer por la exaltación, que esta en el Fuego de la Unidad y del Corazón. Pero eso no puede durar. Entonces, más que de vivir formas de daños concretos (dónde la Luz es un Fuego, como ya sabéis, que quema el ego y que quema también el alma), es necesario estar vigilante. Sin convertirlo en una obsesión, sino ver bien en vosotros como en torno a vosotros, lo que pasa. En las interacciones entre los seres, en las interacciones con vosotros mismos, y los distintos planos de vosotros mismos.
Recordad también, que cuando el Fuego del Corazón está ahí, estáis en esta Alegría. Dónde todo es pleno, donde nada puede estar vacío, donde no puede existir ninguna carencia. Dónde no puede existir, una vez más, ninguna proyección de cualquier cosa. Recordad que tenéis los medios también, de dirigir vuestra Conciencia. Simplemente, rechazando todo lo que es proyección. Rechazando todo lo que van a ser visiones, que no es la Visión del Corazón o la Visión Eterica. Toda proyección en el astral, toda proyección en la emoción. Simplemente siendo conscientes de eso, os acercaréis cada vez más, a vuestra Humildad, a vuestra Simplicidad y en consecuencia a lo experimentado enteramente, al Fuego del Corazón y a vuestra Unidad.
He aquí los algunos elementos que, debido a mi Vibración AL, me pidieron transmitiros. Si en relación a lo que acabo de expresar y solamente a eso, mis Hermanos y Hermanas, tenéis cuestiones, interrogaciones o dudas, entonces intentaré responder lo mejor que pueda.
Cuestión: cuando una persona está en el fuego del ego, a priori, no tiene conciencia. ¿Qué es posible hacer en ese caso?
Desde el exterior, absolutamente nada. Porque aquél que quiera oponerse, volverá a caer también en la Dualidad, aunque estuviera antes en la Unidad. Y, entonces reforzará el fuego del ego. Ya que el fuego del ego sobre todo, no quiere apagarse. Se apagará por sí mismo, cuando se consuma totalmente, en el cuerpo o el alma. Eso significa, que en general, el metabolismo del fuego del ego, cambia recalentándose y esto inducirá una serie de perturbaciones fisiológicas que también pueden desgraciadamente, interpretarse como una Unidad. Como la imposibilidad de dormir, la imposibilidad de comer, una temperatura del cuerpo extrema. Una agitación que acaba por un agotamiento y muy frecuentemente, lo que se llama delirio. Observaréis cada vez más, este mecanismo en marcha, en el período que vais a vivir. Debéis comprender que no es la Luz la que quiere eso. Igual que lo que veis hoy, como reacción a la efusión de la Luz Blanca (sea a través de los volcanes, sea por medio de los vientos, a través de seísmos, o de los organismos sociales, o de los países), sólo es el resultado de la incomprensión de la Luz. No es la Luz que hace eso, sino los seres humanos, o la Tierra que se libera. La Luz no será nunca responsable de todo eso. La única manera, ustedes que estáis Despiertos por todas partes, es permanecer en esta Humildad, en esta Simplicidad, en esta voluntad (no una voluntad, sino esa noción de Atención, de vigilancia), de no dejaros llevar por un pasado o por un futuro, cualquiera que sea. Sino centraros, cada vez más, en HIC y NUNC. Pero eso será facilitado en gran medida por la activación de los Senderos de Luz Vibral, en el sacro. Pero, mientras que la efusión de la Luz blanca y el despliegue por los puntos AL y UNIDAD no sea total, hay efectivamente un riesgo de fricción, un riesgo de arrebato. Pero todo depende una vez más, de la calidad o la cantidad de ego, que se encuentra en ese momento. Hay testigos, por supuesto. Las señales son lo que dije: este calor del cuerpo que no es agradable, el hecho de no comer ya, excitarse, salir de sus casillas, no encontrar la Paz, no poder permanecer tranquilo (en todos los sentidos del término), es una señal que debe alarmar sobre el fuego del ego. Sin embargo, tranquilizaos, cuanto más os abandonéis a la Luz y más la dejéis trabajar por su Inteligencia, menos sometidos estaréis al fuego del ego. El fuego del ego, es precisamente el que se niega en su conciencia, a dejar actuar la Luz. Si dejan actuar la Luz totalmente, no hay ninguna razón de que este fuego del ego pueda nacer, o aparecer.
Cuestión: ¿es reversible?

Mientras que exista lucidez, sí. Mientras que exista una posibilidad de Abandono a la Luz total, hay efectivamente, una reversibilidad. En cualquier caso, recordad que, cualquiera que sea el fuego que anima un ser (sea el fuego del poder, el fuego del ego o el Fuego del Corazón), en cualquier caso, estos tres fuegos implicarán la Liberación. Pero en absoluto el mismo tipo de Liberación.
Cuestión: ¿este despliegue del Fuego se extenderá hasta el final de esta dimensión?
Sí. Va a ir creciendo y engrandeciéndose. Es conjunto a las manifestaciones de la Tierra. El Fuego de la Tierra y el Fuego del Éter, el Fuego del Cielo, son las ilustraciones en vuestro cuerpo. Ya que lo que observan en el exterior, es exactamente lo que pasa en su Interior.
Cuestión: ¿cuándo el ego se cuelga siempre, al hecho de estar separado de la FUENTE, cómo superar eso sin combatir?
El combate refuerza la separación, sin excepción. Ya que el combate, la reacción, mantiene la Dualidad. El problema no consiste en saber cómo, puesto que la única manera, es vivir el Abandono. Y el Abandono es de verdad esta Crucifixión que tienen que vivir. Este paso de esta tercera Puerta, es ahí, dónde abandonan completamente. Todo papel, toda función. Todo lo que no es el Espíritu. Con el fin de realizar el Espíritu, aquí.
Cuestión: cuando las manifestaciones del Fuego del Corazón implican dolores, puede ser difícil permanecer concentrado sobre este Fuego del Corazón. ¿Cómo hacer en ese caso?
Mi Hermana, te responderé que, en el Fuego del Corazón, cualquier dolor no te pertenece. Y no puede nunca, ser un desconcierto. Se percibe como un dolor, se siente como un dolor. Pero la Conciencia está más allá de este dolor, en el Fuego del Corazón. Se conoce muy bien que el humano, cuando experimenta un dolor extremadamente fuerte (como sobre el campo de batalla), en un momento en que el dolor se convierte en intolerable, muchos seres humanos describen en ese momento, que no son ya este dolor, que ellos no son ya este cuerpo. Existe, hasta cierto punto, una consideración de las señales, vinculada a una situación urgente. Este proceso es exactamente el mismo que se experimenta cuando hay Fuego del Corazón. De la misma forma que no sois este cuerpo (no veo cómo, no siendo este cuerpo) no podéis en ningún caso, ser el sufrimiento que se manifiesta en este cuerpo, puesto que no sois la Conciencia de este cuerpo. Lo que se vive en situaciones urgentes, en casos particulares, se encuentra igualmente, en el estado de consciencia Turiya, o en la Unidad. En ese momento, el cuerpo es completamente insensible. El dolor, aunque se percibe vagamente, en alguna parte, en la Conciencia, no puede ser impuesto y tomar el protagonismo de la escena. Entonces, si al establecerse el Fuego del Corazón, hay dolores en el cuerpo, eso corresponde a las últimas Sombras que se eliminan por la influencia de la Luz. Pero sea como sea, también es necesario ya no identificarse al dolor. No es negando un dolor como va a desaparecer, eso lo sabéis todos. Sino volviéndose esa Conciencia Unitaria de que el dolor no puede ya afectaros, en la propia Conciencia. Los centros del dolor, en ese momento, se vuelven ineficaces.
Cuestión: ¿no hay una paradoja entre el hecho de no identificarse al cuerpo y las manifestaciones corporales que hay en el Samadhi, como el hecho de no comer ya?
En el Samadhi, hay efectivamente la posibilidad absoluta de no ingerir nada. En el fuego del ego también hay por consumición, el hecho de no comer más. Pero el resultado no es en absoluto el mismo.
Cuestión: ¿la Conciencia no se centra pues en el mismo lugar?
No. La conciencia del ego está centrada en el ego. La Conciencia de la Unidad, más allá del Fuego del Corazón, precisamente no está centrada, en ninguna parte. Es omnipresente. Lo que es una diferencia fundamental también. El que vive la Unidad, es tanto el árbol como el niño que acaba de nacer al otro lado de la tierra, como el Sol, como todo lo demás. Eso no es una imaginación, o un pensamiento, o un concepto, sino la Estricta Verdad.
Cuestión: ¿cuál es la actitud más justa cara a las personas que están en el ego?
Permanecer en el Corazón. Ya que el que permanece en el Corazón y es confrontado a un ego, ¿en nombre de qué interferiría con una Ilusión? Puesto que precisamente, salió de la Ilusión. Recordad lo que han dicho numerosos participantes: la conciencia del ego se localiza en un espacio, en un lugar que es este cuerpo, en esta vida. La Conciencia del Espíritu no está en ninguna parte y está por todas partes.
Cuestión: ¿es entonces imposible desplazarse? ¿Eso sería, hasta cierto punto, una posición donde el cuerpo está estacionario?
¿En qué situación? ¿Qué es lo que se desplaza? Si el cuerpo está estacionario, la Conciencia puede estar por todas partes, en este cuerpo, como en el Sol, como en otro cuerpo. Está precisamente en desplazamiento total, puesto que no se localiza ya. Os recuerdo que es a esto a lo que vais ser llamados. Qué es esto exactamente, lo que va a pasar a través del Fuego del Espíritu que se vierte. Cuando se os dice que salís de la limitación, de la compartimentación, esto no es una imaginación, o un discurso. Entended que es la estricta Verdad, de la Conciencia.
Cuestión: ¿podría explicar el fuego del ego negativo, un término que se ha utilizado?
El ego negativo corresponde a otra especificidad del fuego del ego que, delante de este Fuego y ante de la Luz, se retracta. El miedo, en ese momento, se vuelve enorme. Hay un estrés, una tensión, porque el ego tiene miedo de morir. Obviamente, no es que este ego se apropie del Fuego. Porque incluso eso, eso le da miedo. Entonces, va a manifestarse un ego negativo. Este ego negativo va a decir: no soy digno, soy indigno, no es el momento. El miedo, la angustia, va entonces a manifestarse. Es la situación exactamente opuesta de la exaltación. Pero es también lo que puede llamarse un fuego del ego negativo. Este fuego ya no se vuelve hacia el exterior, sino hacia el interior, del propio ego. Y va a corroer, hasta cierto punto y va a consumir, de una manera menos evidente que un ego que manifieste el fuego del ego clásico. Pero va a terminar incluso, en una negación y no en Transcendencia. Una negación de la Luz, un miedo de la Luz. Y un encerramiento en el miedo y en la retirada. En ese momento hay una consumición también, pero se hace desde el interior, es decir, por el cuerpo. Y no por el propio ego o por el alma, es decir, por las manifestaciones del comportamiento, emociones, el exceso de la mente, sino por una consumición interior en el cuerpo, que va a corroer hasta cierto punto, el hígado, el Bazo. El ser se corroe desde el interior, a sí mismo. Es pues una consumición interior. En ese caso, él tiene miedo de Ser. Mientras que en el otro caso, es consumición exterior, tiene miedo de no Ser. Todo se resume a un miedo.
No tenemos más cuestiones, os damos las gracias.
Os ofrezco mis queridos Hermanos y mis queridas Hermanas, todo mi Amor. Id en Paz, porque lo que viene es una gran Alegría, aunque por el momento, para algunos de vosotros, la mente está paralizada por ese Desconocido, donde la emoción puede tomar el paso. Recordad que en definitiva, hay que dejar a la Inteligencia de la Luz desplegarse, no querer interferir, de ninguna manera. Y si hacéis eso, si aceptáis eso, todo irá para mejor, y el Espíritu se desplegará en toda su majestad. Es a partir del momento en que la personalidad quiere asumir (sus propias emociones, su propio destino), que las cosas se vuelven en general muy malas. Olvidad las leyes de este mundo, olvidad las leyes de la depredación, olvidad las leyes de la competición, olvidad los miedos. Lo que viene es Amor, enteramente. ¿Entonces, qué hay que temer? El temor vendrá siempre del ego, del mental o de la emoción. Nunca del Espíritu. Con todo mi Amor. Hasta el próximo día.

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