USTEDES ESTÁN EMPEZANDO A CREER, QUE SON VERDADERAMENTE....

Jesús a través de John Smallman

Guía de un hermano mayor

"Ustedes están empezando a creer que son verdaderamente los queridos hijos de Dios"

5 de junio del 2011 - por John Smallman

Traducción: Gloria Mühlebach
 

"La vida en la pesadilla que ustedes creen es la realidad, es agobiante.  Está llena de distracciones que causan temor y ansiedad, por lo que muchos sienten que deben tomar precauciones para protejerse a sí mismos de un ataque, el cual ellos piensan que puede suceder cuando menos se lo esperan. Juegan con numerosos escenarios en sus cabezas, en los cuales se imaginan a sí mismos formando barreras con las que protegerse del sufrimiento, o desde las cuales pueden atacar antes de ser atacados. Viviendo en el temor, y preparándose para defenderse a sí mismos o para atacar a otros, requiere exorbitantes cantidades de su energía.

Cada humano es un querido hijo de Dios, y el temer a otra persona es insano.  Su Padre los ama a todos por igual y desea solamente su felicidad, pero si ustedes continúan peleando, engañándose, o traicionándose mutuamente atacándose o defendiéndose, por cualquiera que fuere la razón, están, en efecto, bloqueándose y rehusando aceptar la abundancia del Amor que Él (Dios) les ofrece constantemente.

Para experimentar ese Amor, tienen que extender los brazos compasivamente, perdonar, aceptar, y amar a todos aquellos con quienes interactúan, al tiempo que renuncian a cualquier tentación de juzgar a otros o de justificar cualquier pensamiento, palabra o acción poco amable o cruel con las cuales se hayan sentido satisfechos.  Cualquier pensamiento, palabra o acción ofensivos que alberguen o enfoquen con intensidad en su aparente necesidad de culpar, juzgar, y condenar a otro, son un reflejo de su propio sentimiento de carencia, ineptitud, y baja autoestima.  El juzgar a otros es meramente una proyección de autojuzgarse a sí mismos severamente, pero es demasiado doloroso reconocerlo, por lo que están constantemente buscando blancos adecuados a los cuales puedan dirigirla.

En el ambiente ilusorio en el que los humanos tienen su existencia, todos ustedes se comportan a mayor o menor grado de maneras que sólo pueden describirse como insanas. El Verdadero Tú – el perfecto Ser Divino que tu Padre creó – se ha ocultado a sí mismo bajo un disfraz intensamente egoico, pues actúa el papel del carácter que ha elegido 'jugar' en este continuo drama ficticio que ustedes llaman existencia humana.  Sus habilidades para actuar son tan buenas que han tenido éxito para convencerse mutuamente de que ese papel que ustedes están jugando es real, mientras que oculto dentro de cada uno de ustedes hay un gran sentimiento de insatisfacción y autoduda, y ustedes se comparan eternamente contra todos los otros jugadores en este drama humano en un desesperado intento de autojustificarse.  Pero debido a sus dudas que están profundamente enraízadas y arraigadas en sus egoicos caracteres humanos, sus constantes intentos de lograr este estado místico están destinados a fracasar.

¡Pero éste es su medio de escape! – ya que la constante autoduda y desilusión los mantiene cuestionándose cuál es el significado de la vida.  Viviendo como un ser humano tratando de comportarse de una manera humana no puede tener éxito porque la naturaleza egoica del carácter con el que están disfrazados y que están jugando busca siempre exteriormente aprobación para compensarse por su sentimiento de ineptitud... de no ser lo suficientemente buenos.  No importa cuánta aprobación, alabanza u honor reciban; el persistente sentimiento de autoduda permanece, ya sea empujando al personaje a la desesperación o a realizar aún mayores esfuerzos para lograr algo.  Eventualmente, el personaje será empujado a aceptar su situación en la vida y los varios rasgos psicológicos, emocionales e intelectuales de la personalidad con los que ha sido dotado, a medida en que se da cuenta de que sólo pueden ser modificados, no cambiados. Y es el primer paso hacia la salida de la ilusión.

Como humanos experimentando la vida en la ilusión, es imposible para ustedes el no sentir insatisfacción y desilusión, porque profundamente dentro de ustedes la Flama Divina de Dios permanece iluminada.  Sin embargo, tratan determinadamente de apagarla o de ignorarla.  Junto con esa flama que es inextinguible, hay leves memorias etéreas y efímeras, de las cuales sólo captan destellos efímeros - memorias de la Realidad, su Hogar eterno.

Por eso la existencia humana no es satisfactoria y los desilusiona.  Ustedes saben que la vida debería ser feliz, y sin embargo, cada esfuerzo para lograr este estado falla abismalmente. ¿Cómo pudiera ser de otra manera? Ustedes fueron creados en Amor, para disfrutar un éxtasis eterno - y luego ustedes se ocultan en un ambiente insano e imaginario, lleno de miseria, dolor y sufrimiento. No hay absolutamente ningún punto de conexión entre estos dos extremos. Y por supuesto la ilusión no existe, para nada en absoluto, así que hay solamente dos extremos, y lo único que existe es su Hogar Celestial. Todo lo demás es "humo y espejos", y es de lo que ustedes se han tratado de convencer por eones de tiempo de que es real.
Durante el transcurso de los últimos siglos, ha venido creciendo una conciencia de que todos, sin excepción, deben ser tratados con amabilidad amorosa, sin ser juzgados severamente y castigados. Éste es el mensaje adyacente en todas las religiones y filosofías principales, y sin embargo, la mayoría de la gente tiene una falta total de convicción, al tiempo que continúa con sus crueles o inhumanas y egoicas vidas. Finalmente las guerras y la explosión de la población en el siglo veinte han actuado como llamadas del clarín para llamar su atención al continuo comportamiento inhumano que se ha vuelto endémico, y a su responsabilidad de terminar de comportarse definitivamente de esa manera tan sin sentido.

Aquellos que están practicando una amorosa amabilidad en sus vidas diarias - y el número de ellos que lo está haciendo se está multiplicando - están experimentando un nuevo sentimiento de paz y satisfacción. Sí, la mayoría de ustedes es incapaz de mantener ese comportamiento constantemente, pero su conciencia de que es el único modo sano y práctico de vivir ha sido firmemente establecido.  Y a medida en que aprenden a tratarse con amabilidad y se perdonan por sus errores y malos tratos, encontrarán que se aceptan y perdonan mutuamente, estando dispuestos a ayudar a quienes buscan su asistencia.

La abundante energía divina que actualmente rodea al planeta está facilitándoles el dejar ir su constante necesidad de juzgar a otros - aunque sea solamente por cortos periodos de tiempo - añadiendo a su creciente sentimiento de paz, pues están empezando a creer que ustedes son verdaderamente los queridos hijos de Dios. Cuando se despierten de la pesadilla, por supuesto lo sabrán.

Su amado hermano, Jesús.